Cada vez existen más tratamientos oncológicos disponibles para los pacientes de esta enfermedad, y la inmunoterapia o administración de medicamentos que propician una respuesta del sistema inmunológico es uno de ellos. Este tipo de terapia abre un mundo de posibilidades y permite mejores resultados con daños menores con respecto a las terapias tradicionales, también con una menor toxicidad. De hecho, su uso es cada vez más generalizado. ¿Cuál es el funcionamiento de un tratamiento con inmunoterapia?
Los fármacos utilizados en la inmunoterapia funcionan generando una reacción del sistema inmunológico contra los tumores, permitiendo el ataque de los linfocitos contra los tumores. Esta reacción no se produce de forma natural en casos de cáncer porque el tumor lo impide. Los expertos aseguran que no se trata de la solución definitiva contra el cáncer, ni se ha demostrado que pueda curar si se administra de forma aislada, pero sí aumenta la eficacia de la quimioterapia y mejora la calidad de vida de los pacientes.
En cuanto a cómo funciona su tratamiento, estos fármacos se administran por vía intravenosa a lo largo de sesiones repetidas en dos o tres semanas y, al contrario de lo que ocurre con la quimioterapia, no generan efectos como la caída del pelo, la aparición de llagas o la bajada de leucocitos, sin reducir por ello su efectividad.
Según recuerdan desde la clínica Quirón Salud, en la actualidad se registra un 20 por ciento en la tasa de respuesta cuando se utilizan estos fármacos inhibidores y alrededor de uno de cada cuatro pacientes que responden a inmunoterapia tiene larga evolución. Los enfermos de cáncer de larga duración siguen teniendo resultados años después de haber entrado en remisión.
Además, "lo que es verdaderamente imprescindible es un enfoque multidisciplinar en los tratamientos oncológicos y que comprendamos que una sola especialidad no cubre todo el procedimiento, sino que los diferentes departamentos deben trabajar con un paciente de forma simultánea y permanente, colaborando entre sí". En este sentido, en caso de aplicar inmunoterapia, esta perspectiva completa es, si cabe, aún más importante, ya que requiere la coordinación entre oncólogos, inmunólogos, patólogos y el laboratorio.
Otro enfoque de la inmunoterapia es el uso de vacunas para el tratamiento del cáncer, inmunoterapia activa, o vacunas terapéuticas. Generalmente, estas vacunas se producen a partir de las células tumorales del propio paciente o de sustancias que se extraen de las células del tumor. Están diseñadas con el fin de tratar el cáncer ya existente mediante el fortalecimiento de las defensas naturales del organismo para combatirlo.