He dado el paso de ir al psicólogo pero no siento que me esté ayudando, ¿qué hago?

  • Das el paso de ir al psicólogo y al principio todo está bien pero luego te sientes estancada, ¿qué ha ido mal?

  • Luis Ángel, un joven de 27 años que ha pasado por la consulta de varios psicólogos, explica lo difícil que es encontrar un profesional con el que sentirte cómodo

  • La mala praxis en la psicología es una realidad, por eso recopilamos cinco red flags para que puedas saber cuándo no está saliendo bien la cosa

A sus 27 años, Luis Ángel ha pasado por la consulta de varios psicólogos, pero no fue hasta 2020 cuando encontró al ideal. El joven de Guadalajara comenzó a padecer ansiedad el último año de universidad, y aunque no le dio importancia, la gravedad de la situación fue in crescendo. Crisis de pánico, problemas para dormir y una fuerte inseguridad que se imponía sobre cada parcela de su vida.

El detonante para pedir ayuda fue una buena noticia: había conseguido trabajo. Sin embargo, nada más cruzar la puerta de la empresa se paralizó. La primera semana de ‘su nueva vida’ pasó más tiempo en el baño de la oficina que en su mesa, y es que tal y como Luis Ángel nos ha confesado, todos los días tenía que hacer parones para llorar a solas.

En ese momento buscó un psicólogo, pero no se sintió del todo cómodo. Con el siguiente hubo más suerte, o eso pensó, porque tras varios meses no notó ninguna mejoría. Llegaba a la consulta, se sentaba frente al terapeuta y se desahogaba, sí, pero todo seguía igual. Por eso decidió cambiar una vez más y a la tercera fue la vencida. “La diferencia era abismal. Pasé de sentirme estancado a ver una evolución en mí en cuestión de semanas”, recuerda. Pero también le resulta inevitable acordarse de la frustración que le provocó pedir ayuda sin recibir lo que esperaba.

“Es muy agobiante cuando por fin vas al psicólogo, porque dar el paso cuesta mucho, y no es como lo esperabas”, relata, enfatizando en aquellos profesionales que de una forma más o menos deliberada, invalidan las emociones y vivencias de sus pacientes. “Mi primer psicólogo me llamó exagerado en la primera consulta, que seguro que me estaba inventando lo que contaba. Tú vas a terapia dudoso, te encuentras con eso y no vuelves. Y aunque parezca un caso aislado, cuando te pones a hablar con gente ves que hay mucha gente que hace más mal que bien”.

Una mala experiencia: qué hacer ante una negligencia

Aunque cada vez más gente va al psicólogo derribando el tabú que rodea a la salud mental, es cierto que dar con el adecuado puede ser una ardua tarea. Por falta de conexión o mala praxis, nos podemos llevar una imagen inadecuada de lo que la terapia psicológica es, evitando pedir ayuda de nuevo y asumiendo que tendremos que lidiar solos con el dolor porque nadie nos puede ayudar. Esto no es cierto.

Lo primero que debes saber es que las negligencias en salud mental existen, como en todas las disciplinas. El problema es que es más difícil regularlas. Si un cirujano te opera a corazón abierto y algo sale mal, las secuelas físicas son notables. Un fallo cardiaco, una pérdida de sangre, una lesión… Pero cuando la salud mental entra en juego, todo cambia.

Un psicólogo negligente puede hacer mucho daño, pero a veces no nos damos cuenta hasta que ha pasado un tiempo. Por eso es importante identificar las red flags de la terapiared flags.

  1. Invalida tus emociones. Una cosa es que intente no magnificar tu sufrimiento, y otra que invalide todo lo que sientes.
  2. Opina sobre tu vida personal. Aunque estés en una relación más tóxica que el agua del grifo de Chernóbil, no debe emitir juicios personales, y mucho menos si estás en una situación de maltrato o de riesgo.
  3. Tiene comentarios machistas, racista u homófobos. No solo es poco ético, sino que es denunciable al Colegio Oficial de Psicólogos y en última instancia, a la justicia.
  4. Te hace sentir culpable por querer dejar la terapia. Si le has dicho que quieres dejar de ir y te ha soltado una retahíla de comentarios culpabilizándote que incluso rozan el chantaje emocional, huye sin mirar atrás. La frase “no puedes salir adelante sin mí” es intolerable venga de tu exnovio, de tus padres o de tu terapeuta.
  5. No está formado ni colegiado. Es importante que un psicoterapeuta tenga el grado de psicología y de forma adicional, ciertos másteres que le darán más formación para tratar unos u otros problemas. Además, debe estar colegiado. ¿Por qué? Porque si comete una infracción o una negligencia, podrás denunciarle al Colegio Oficial de Psicólogos de tu comunidad autónoma.

Qué hacer cuando no hay conexión con el psicólogo

Como bien hemos mencionado antes, otra posibilidad es que vayas al psicólogo y vaya todo bien, pero aun así algo va mal. Es un buen profesional, tiene grandes reseñas, está formado y especializado en tu problema, pero cuando te sientas frente a él no surge esa conexión.

La psicoterapia requiere de mucho feeling interpersonalfeeling . Es una persona a la que le vas a contar prácticamente todo, abriéndote en canal y mostrándote vulnerable. Necesitas que te entienda y entender lo que te transmite. Pero a veces esto no ocurre.

Si no tienes una buena conexión con tu psicólogo, no te responsabilices, porque no es culpa tuya. Algunas razones por las que la terapia no funciona son:

  • Tenéis estilos comunicativos diferentes. Quizá tu psicólogo es demasiado serio y necesitas un terapeuta más cercano o que haga uso del humor. O, por el contrario, no te gusta que sea tan cercano y prefieres un psicólogo más serio.
  • Su marco teórico no se adapta a ti. Dentro de la psicoterapia hay muchas técnicas, teorías y subdisciplinas. Hay psicólogos que trabajan sobre la conducta (terapia de conducta), otros que se centran en la forma de pensar y procesar la información (terapia cognitiva), otros que analizan el funcionamiento familiar más a fondo (terapia sistémica), otros que se centran en los conflictos inconscientes (psicoanálisis) y un largo etcétera de marcos teóricos. Cada uno tiene sus luces y sus sombras, y funcionan mejor sobre determinados problemas y personas.
  • No te transmite confianza. Cuando conocemos a alguien, importan mucho las sensaciones que nos transmite. En la terapia ocurre lo mismo. A veces damos con un psicólogo que parece perfecto, pero al entrar en la consulta no te genera confianza y te cuesta abrirte. No eres tú, no es él, es que no hay conexión y no se puede forzar.

Si esto ocurre, lo mejor es ser sincero. Dile que la terapia no está funcionando y que te gustaría cambiar de psicólogo. Si es un buen profesional, te entenderá, te propondrá cambiar la estructura de la terapia y si lo prefieres, te recomendará un psicólogo adaptado a lo que buscas. Si es un mal profesional, detectarás alguna de las red flags de las que hemos hablado antes.