Si hubiese un ranking, el primer puesto a la piscina más sucia de España se lo lleva la piscina municipal de Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife. Los socorristas han tenido que cerrar el pasado miércoles por séptima vez este año, según informa el Ayuntamiento a través de un comunicado: "antes de la apertura de las instalaciones el personal ha detectado defecaciones en el vaso grande, lo que ha obligado al cierre".
Cada vez que se ven obligados a echar el cierre de las instalaciones, no solo se impide el baño, sino que es necesario suspender las diferentes actividades que ofertan a niños, adultos y mayores en los alrededores de la piscina. El cierre, siguiendo el protocolo, se produce de inmediato si los análisis químicos así lo indican.
Para desinfectar el agua es necesario llevar a cabo un tratamiento de cloro y ph, lo que además incrementa el coste de la gestión de la piscina. Esta situación ha obligado al consistorio a hacer un llamamiento al civismo y a la responsabilidad por parte de los bañistas.
Lo cierto es que esta piscina es una de las más visitadas por su amplitud y sus vistas al mar. Parece una prolongación una vez que se está dentro, además cuenta con una piscina para los más pequeños y grandes espacios a su alrededor para relajarse y disfrutar del verano.
Por estos motivos, el ayuntamiento está dispuesto a incrementar las medidas de seguridad y vigilancia del recinto. Han pedido la colaboración ciudadana para que no ocurra más, y en el caso de que sí, se conozca el nombre del responsable. De hecho, puede considerarse un delito penal y es sancionable con una multa.
¿Más casos?
Aunque esto parece no importar, ya que no es a única piscina en la que esto pasa, sino que hace unos días se produjo un caso similar en una piscina de Tarragona, ocasionando los mismos perjuicios a los usuarios. El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre advirtió de que ese "comportamiento grosero" va contra la salud pública.
¿Más problemas?
La piscina de la Candelaria es fuente además de otras polémicas, ya que algunos grupos políticos se quejan de la falta de mantenimiento, por los continuos fallos de las bombas de la depuradora que drenan y limpian el agua, y por falta de medidas para mejorar el acceso a la piscina para discapacitados y mayores.