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España elimina el 20 de abril de 2022 el uso de la mascarilla en interiores. A partir del miércoles, una vez se publique la medida en el BOE, solo estaremos obligados a ponérnosla en el transporte, en los centros sanitarios y en el trabajo si lo requieren. Las medidas de prevención contra la covid se siguen reduciendo y algunos creen que puede ser algo atrevido. Ante las dudas, el doctor Juan Antonio Sanz Salanova, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), nos da algunas claves en Informativos Telecinco.
El doctor Sanz Salanova cree que la retirada de la mascarilla en la mayoría de interiores conlleva riesgos, pero que en algún momento había que dar el paso: "Los técnicos siempre decimos que es pronto, pero en algún momento hay que tomar la decisión. Es posible que sea un poco acelerada la medida, pero me alegré en cierto modo de que fuera después de Semana Santa, cuando han disminuido bastante las interacciones sociales. Antes lo veía muy prematuro".
La medida de Sanidad contrasta con la de otras naciones. Algunos países, como Reino Unido, no exigen el uso de la mascarilla en ninguna parte y van por detrás de la vacunación. Esto hace que muchos se pregunten: ¿Por qué España sí mantiene la mascarilla en el transporte público? ¿Por qué Sanidad la deja para ir en trenes y autobuses y no en los gimnasios o la hostelería?
"Se ha dejado por precaución, por ser más precavidos. Viajar en un avión probablemente es más seguro respecto al posible contagio que ir al gimnasio, ya que hay climatización y filtros HEPA. El aforo, además, está controlado. Sin embargo, si hablamos de Metro, Cercanías o autobuses urbanos, la cosa cambia", explica al respecto el doctor Sanz Salanova.
"Tampoco es lo mismo un tren de largo recorrido, donde el número máximo de viajeros es fijo, que un tren de Cercanías, donde la gente, en hora punta, va de pie, apretada... Por tanto, creo que se ha tendido a simplificar la norma, abarcando todos los transportes públicos", añade.
Mucha gente se pregunta también qué pasa con cines, bibliotecas o gimnasios. En principio, en estos últimos no será obligatorio la utilización de la mascarilla, pero es uno de los puntos críticos en los que habrá que prestar atención por si la nueva norma recoge alguna excepción.
"Es difícil hacer una norma completa para cada sitio. Las medidas deben ser globales, aunque con excepciones. En estos sitios, como los gimnasios, creo que hay que aplicar un mínimo de ventilación, con medidores de CO2 o purificadores de aire", apunta el doctor Sanz Salanova.
El doctor considera que la población ha dejado de preocuparse por el coronavirus. "La incidencia está aumentando, que es un poco preocupante, pero había que tomar esta medida en algún momento. Lo que pasa que, como ha dicho la ministra, no es una medida definitiva. Si las cifras vuelven a subir, no habrá más remedio que volver a establecer restricciones", subraya el experto, quien apunta al verano como la estación óptima para la baja transmisión, aunque también se han registrado epidemias en época estival.
La mascarilla en interiores, según el experto, ya se había eliminado en algunos ámbitos. "Hace mucho que se eliminó, por ejemplo, en la hostelería o en el ámbito deportivo. En bares o restaurantes, desde que se eliminaron los aforos, entras y la mayoría de personas están sin mascarilla", destaca el doctor Sanz Salanova. "Solo se usa para entrar y salir del establecimiento, y para ir al baño. El resto del tiempo, desde que te sientas en la mesa, nada. La gente se cree inmune", añade.
"En cuanto al ámbito deportivo, en pabellones cerrados, a pesar de que en algunos sitios son más cumplidores, es habitual ver al público en general muy apretado, todos juntos y cantando, y la mayoría sin mascarilla", precisa el experto, que insiste en que "de una manera un poco soterrada", la mascarilla ya se había eliminado.
Además, "desde que se eliminó la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores también se han visto en diferentes festividades, como Carnaval o la reciente Semana Santa, grandes aglomeraciones de personas muy apretadas y muchas de ellas sin mascarilla".
España recibe las críticas de muchos por poder precipitarse en la relajación de la mascarilla en interiores, sin embargo, otros critican al Ejecutivo por ser conservador, al tener en cuenta que en otros países, como puede ser Reino Unido, la mascarilla no se usa prácticamente en ninguna parte.
En Inglaterra, ya sea en el tren, en el autobús, en el avión o en el taxi o uber, nadie usa mascarilla, ni siquiera las autoridades. Solo se recomienda cuando hay gran tránsito en algunas estaciones, donde se sugiere el uso si no se garantiza la distancia.
La incidencia en el país gobernado por Boris Johnson es alta, más que la nuestra, pero la situación no reviste una enorme gravedad, a pesar de que sanitarios del NHS exigen a su Gobierno volver a aplicar medidas de prevención, especialmente en interiores.
A veces da la sensación de que las medidas pueden no servir para mucho, o que se estén utilizando mejor o peor, según el experto. "Lo que está claro es que en España estamos siendo más precavidos que en estos países. Pero sí, las medidas están ahí, buena parte de la población las cumple y, sin embargo, sigue habiendo contagios", confiesa el doctor respecto a la comparación entre España y Reino Unido.
"Hay otra serie de factores que probablemente desconocemos, como es el porcentaje de población vulnerable o que el hecho de hablar de sociedades que no socializan tanto como la nuestra, que influyen y que no tenemos tanta capacidad de controlar. Probablemente estos son los que hacen que se produzcan estas paradojas de que teniendo más medidas y restricción, muchas veces, tengamos más casos. Tiene que ver con esto", sentencia el experto.
El doctor Sanz Salanova cree que "todos los países tienen que pasar por lo mismo". "En China se las prometían felices y, de cero contagios, según sus datos, han pasado a cerrar ciudades de millones de personas. Y eso que tenían cuarentenas y mascarillas", concluye.