Problemas de salud a partir de los 20 años: alerta ante antecedentes familiares

Los jóvenes suelen gozar de una salud envidiable y rara vez se paran a pensar en los problemas que pueden afectar a su organismo. Pero lo cierto es que, a partir de los 20 años, pueden aparecer síntomas a los que hay que estar alerta si tenemos antecedentes familiares de trastornos o enfermedades. Estos son los más frecuentes a partir de esa edad.

Ciertas complicaciones de salud como la tensión alta o el colesterol parecen propios de personas mayores, pero están entre los problemas que suelen aparecer en jóvenes a partir de los 20 años, y su pronta detección juega un papel clave para gestionar la enfermedad adecuadamente. Por ello, lo más indicado cuando se tienen antecedentes genéticos de alguna afección es informar directamente al médico para llevar un seguimiento.

Depresión y otros trastornos mentales

Generalmente, entre los 20 y los 30 es cuando se tienen los mejores índices de salud y vitalidad, pero eso no quiere decir que no seamos propensos a desarrollar problemas de salud en la adolescencia tardía, como son los trastornos mentales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los más jóvenes. “La mitad de todos los trastornos de salud mental en la edad adulta comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no son detectados ni tratados”, dice la organización. De hecho, informa, “el suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años”.

Y alerta: “No ocuparse de los trastornos de salud mental de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena”.

A esto hay que sumar agravantes como son el consumo de alcohol y drogas, que elevan enormemente el riesgo de desarrollar trastornos mentales graves en la edad adulta. Generalmente, los trastornos de depresión y ansiedad son más frecuentes en mujeres, mientras que las conductas adictivas para ciertas sustancias como el cannabis se dan más en hombres.

Presión arterial alta (hipertensión)

La hipertensión es la presión arterial alta, es decir, la fuerza con la que bombea la sangre contra las paredes de las arterias. La hipertensión hace que el corazón trabaje mucho más de lo normal y puede causar daños en el corazón, los riñones, los vasos sanguíneos y el cerebro. No obstante, no suele manifestarse con ningún síntoma.

En los adultos, sobre todo los adultos mayores, es más frecuente llevar un control para diagnosticar la hipertensión en una etapa temprana, no obstante en los jóvenes, al ser menos frecuente, suele pasarse por alto sin diagnosticar. Es importante hacer un chequeo de vez en cuando especialmente si tenesmo antecedentes familiares de tensión alta, ya que de lo contrario puede provocar enfermedades cardíacas en el futuro y es la principal causa de accidentes cerebrovasculares.

Enfermedades de transmisión sexual (ETS) como VIH y sida

Cualquier persona que tenga relaciones sexuales, orales, anales o vaginales es vulnerable a contraer una enfermedad de transmisión sexual o ETS. El grupo de edad de jóvenes a partir de los 20 presenta además una mayor actividad y más conductas de riesgo, por lo que son especialmente vulnerables a contagiarse de enfermedades como VIH o sida.

Si no se diagnostica y se trata adecuadamente, una ETS puede traer complicaciones a largo plazo.

Las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres de todas las edades, aunque las mujeres tienen un riesgo mayor contraerlas. Los síntomas más frecuentes son la secreción o ardor uretral en los hombres, úlceras genitales y dolor abdominal, mientras que en las mujeres se manifiesta una infección en el flujo vaginal, con cambios en el color o el olor, ardor, sangrado leve, irritación o dolor durante las relaciones sexuales o al orinar. No obstante los síntomas no siempre son evidentes.

Según datos de la OMS, anualmente unos 376 millones de personas contraen alguna de estas 4 infecciones de transmisión sexual: clamidiosis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis.

Infertilidad

Un estudio reciente establece que la incidencia de infertilidad en las parejas de entre 20 y 30 años de edad se sitúa actualmente en torno al 7 y 15 por ciento, aproximadamente. De este porcentaje, el 20 por ciento es problema masculino, el 30 por ciento es femenino, y el 40 por ciento es una combinación de problemas de ambos sexos.

Aunque muchas personas no se plantean tener hijos a los 20 años, lo cierto es que es aconsejable informar a un especialista si se tienen antecedentes para que nos ayude con tiempo a conocer nuestras opciones y ponerle solución en la medida de lo posible.

Diversos estudios han demostrado además que fumar marihuana asiduamente se asocia con un menor volumen de semen y una disminución en la calidad del esperma en hombres.

Enfermedad hepática

Uno de los procesos que impulsa la cirrosis implica la acumulación de grasa en el hígado, y se relaciona con un consumo excesivo de alcohol, un consumo durante mucho tiempo, con la obesidad o con una composición genética que hace susceptible a la enfermedad hepática alcohólica. Además, es más frecuente en mujeres. Otras vías que pueden llevar a sufrir una enfermedad hepática son la diabetes, las infecciones por hepatitis B y C y la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Los síntomas incluyen pérdida de apetito, hinchazón de estómago, orina de color oscuro, heces de color claro, náuseas y fatiga.

Diabetes

Según la OMS, en 2014, un 8,5% de los mayores de 18 años tenían diabetes y, en 2019, esta enfermedad causó de forma directa 1,5 millones de defunciones. La organización define la la diabetes tipo 2 como el aumento de azúcar en sangre. El organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Suele asociarse al exceso de peso y a la falta de actividad física, y uno de los problemas es que suele diagnosticarse varios años después de manifestarse los primeros síntomas, cuando ya han aparecido complicaciones.

Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en los adultos, pero en la actualidad se diagnostica cada vez más a los jóvenes.

Colesterol alto

En España, el colesterol alto afecta a más de la mitad de la población, algo preocupante ya que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

“Las enfermedades cardiovasculares son las más mortíferas, pues se cobran más de 17 millones de vidas cada año en todo el mundo”, según la OMS, mientras que en España son la primera causa de muerte, y en uno de cada 4 casos se relacionan con el colesterol alto, según los datos de la Fundación Española del Corazón y la Federación Mundial del Corazón.

Se considera que una persona tiene un nivel de colesterol alto cuando, en un análisis de sangre, supera los más de 200 miligramos por decilitro.

Enfermedades autoinmunes como la ELA

A los 20 años las posibilidades de desarrollar trastornos del sistema inmunitario son muy altas. Las enfermedades autoinmunes incluyen la esclerosis múltiple, la enfermedad de Crohn o la artritis reumatoide, que pueden manifestarse en análisis de sangre o a través de síntomas como la fatiga, dolor leve de las articulaciones y la disminución de la agudeza mental.

Deficiencia de vitamina D

Generalmente, los adultos mayores corren mayor riesgo de sufrir déficit de vitamina D porque su piel no la produce tan eficientemente, y sus riñones son menos capaces de convertir la vitamina D a su forma activa. No obstante muchas personas que apenas llegan a la treintena pueden sufrir esta deficiencia ya sea porque no reciben la vitamina D suficiente de los alimentos, de la exposición a la luz solar, por tomar ciertos medicamentos o porque el hígado o los riñones no lo están convirtiendo a su forma activa por algún motivo.

El déficit de esta vitamina es un problema ya que favorece la salud ósea y ayuda a que el sistema inmunitario funcione correctamente. Una carencia de vitamina D a los 20 puede suponer mayor riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas más adelante.