¿Cómo proteger tu vista del sol? No todos los tipos de cristales son aptos

  • Mucho se habla de la importancia de proteger nuestra piel del sol, pero no debemos olvidar la protección de nuestros ojos

  • La radiación ultravioleta puede provocar daños irreversibles, incluyendo pérdida de vista o cataratas

  • Unas gafas de sol de calidad deberán protegerte tanto frente a los rayos ultravioleta como frente a la luz visible

Mucho se habla sobre la importancia de proteger nuestra piel de los efectos del sol, especialmente durante los meses de verano y playa. Sin embargo, tan importante como proteger nuestra piel es proteger nuestra mirada de los efectos de la radiación solar. Aunque, en líneas generales, somos conscientes de este hecho, demasiadas veces optamos por utilizar gafas de sol que no cumplen con los requisitos necesarios para resultar verdaderamente útiles, ves en parte porque los efectos del sol en nuestros ojos no resultan tan brillantes a simple vista como los de una quemadura solar en nuestra piel. Para evitar lesiones a largo plazo, toma nota de cómo proteger tu vista del sol este verano y de cuáles son los tipos de cristales tipos de cristales que debes utilizar.

Cómo proteger tu vista del sol

Tal y como asegura Clínica Oftalmológica Rahhal, en el mundo, más de tres millones de personas al año pierden la vista por recibir un exceso de radiación solar de forma directa o indirecta. Trata de un dato que ilustra a la perfección la gravedad de las consecuencias de no proteger nuestra vista de la radiación solar. En ese sentido, hay que tener en cuenta que no todas las gafas de sol y no todas las lentes filtran la radiación perjudicial.

Para comprender cómo funcionan las lentes a la hora de proteger nuestros ojos hay que conocer primero cómo funcionan los distintos tipos de radiación electromagnética que emite el sol, así como sus efectos en el ojo. Éstas son las radiaciones solares que existen, clasificadas en función de su longitud de onda:

  • Rayos Ultravioletas (UV). Son invisibles para el ojo humano y los más perjudiciales. La capa de ozono se encarga de absorberlos para que no lleguen a la tierra.
  • Ultravioleta B (UV-B). Se trata de la radiación UV con mayor energía, muy dañina para el ojo, ya que es absorbida principalmente por la córnea y el cristalino.
  • Ultravioleta A (UV-A). Cuentan con menor energía que la radiación UV-B, pero resultan más penetrantes y pueden alcanzar la retina, provocando incluso cataratas. Tal y como recuerda la clínica, se trata de la radiación solar más perjudicial para el ojo y la que más protección requiera.
  • Espectro de luz visible. Estos rayos son percibidos por el ojo humano y en determinadas longitudes de onda también resultan perjudiciales para la retina.
  • Rayos Infrarrojos. Son invisibles para el ojo humano y generalmente no afectan al ojo.

En cuanto a cómo proteger tus ojos de la radiación solar, la forma de hacerlo es utilizar gafas de sol que cumplan con los requisitos sanitarios necesarios. Estos son los requisitos que deben cumplir tus gafas de sol para protegerte:

  • Contar con un filtro ultravioleta. En ese sentido, ten en cuenta que la mayoría de gafas de sol, especialmente las más baratas, solo bloquean la luz visible, pero no la ultravioleta (UV). Recuerda que esta radiación es precisamente la que más daña el ojo.
  • Contar con filtro para la luz visible. En este punto entran en juego tus preferencias: existen gafas de sol que filtran determinada franja de luz visible, como es el caso de los filtros para la luz azul, que resulta más perjudicial para la retina.

Más allá de estos dos puntos, conviene tener en cuenta que unas gafas de sol que incluyan un filtro para la luz visible muy fuerte y que no dispongan de filtro ultravioleta pueden resultar muy perjudiciales para la vista, ya que harán qué la pupila se dilate para absorber más luz, dejando pasar luz ultravioleta de forma desmedida. Por otro lado, el color de los cristales no es importante en lo que a protección se refiere. Por último, recuerda que debes utilizar gafas de sol incluso aunque el día esté nublado, ya que las nubes dejan pasar más del 90 por ciento de la radiación ultravioleta, no olvides que utilizar unas gafas de mala calidad suele ser incluso peor que no utilizar nada en absoluto.