Síndrome del impostor: entiende este tipo de trastorno psicológico y aprende a controlarlo

  • El conocido como síndrome del impostor es un trastorno psicológico por el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar los logros conseguidos

  • Los 'impostores' rechazan su éxito por méritos y piensan que se cuestión de suerte

  • Sufrir el síndrome del impostor no es del todo negativo: se conserva la humildad

¿Te aterra el fracaso? ¿En alguna ocasión, has ido a trabajar pensando que eres un fraude y que las personas de tu entorno se van a dar cuenta de ello? Si la respuesta es sí, sufres el síndrome del impostor y lo suelen padecer las personas más exitosas que son, a su vez, las que más se preocupan.

El conocido como síndrome del impostor, a veces llamado síndrome del fraude, es un trastorno psicológico por el cual las personas más exitosas son incapaces de asimilar los logros conseguidos, según recogen diversas webs de salud y psicología. De hecho, quienes sufren este síndrome viven con un miedo constante a ser descubiertos y que los demás se den cuenta de que han estado disfrutando de un reconocimiento que, en realidad, no merecen.

Los 'impostores' rechazan su éxito por méritos y piensan que se cuestión de suerte

Algunos investigadores, vinculan este trastorno al perfeccionismo, sobre todo en mujeres. Los 'impostores' creen, además, que su éxito se debe a la suerte, es decir, estar en el lugar y el momento adecuados. O a que han engañado a otros para que piensen que son más inteligentes y capaces de lo que en realidad son.

Es esta una sensación que puede ceñirse al ámbito laboral o abarcar más aspectos de la vida. También puede ser temporal y desatarse ante nuevos retos y desafíos o tomar un carácter crónico.

¿Cómo puedes superar el síndrome del impostor?

El consejo de los expertos para superar y hacer frente al síndrome del impostor pasa por reconocer y poner por escrito los sentimientos del impostor cuando surjan. Cuando se escriben estos sentimientos se ven desde otra perspectiva y se puede llegar a abstraerse de ellos.

También viene bien elaborar una lista de fortalezas que recoja los logros conseguidos. Es esta una buena forma de evidenciar que no se es un fraude. Se debe revisar esa lista cuando empiece a crecer la desconfianza en uno mismo.

No hay que dejar de hacer las cosas ni postergarlas para después, eso solo acrecentará el posible sentimiento de ineptitud. Hay que afrontar los problemas o tareas pendientes. Primero aborda las tareas difíciles para que, una vez que las termines, tengas una sensación de logro y fortaleza.

Por último, destacar que puede ser positivo tener algo del síndrome del impostor: se conserva la humildad y se intenta mejorar.