'Hasta que la muerte nos separe'... o no. ¿Qué hacer cuando tu pareja te pide un tiempo?

  • Cosas que NO deberías hacer en ese tiempo de separación: criticar a tu pareja, agobiarla o invadir con demandas continuas de atención el espacio que te ha pedido

  • Un gran porcentaje de parejas sufre este tipo de baches en algún momento

  • Es normal pensar en el fin del amor, pero esta pausa no tiene por qué significar el fin de vuestra historia si la gestionáis bien

El amor romántico ha hecho estragos con nuestra vida sentimental y la ha regado de ideas tóxicas y poco realistas de lo que es, en esencia, una relación de pareja.

Cuando las cosas van bien, ese vínculo trae consigo compromiso, felicidad, burbujas, una sensación chispeante de comunión con el otro, pero digamos que la parte ‘real’ del amor llega con el tiempo, cuando nos despojamos de las máscaras y los problemas de la convivencia, los roces y los desencuentros aparecen. Un día, la bomba cae. Tu pareja te lo suelta sin anestesia: quiere tomarse un tiempo de la relación para pensar y prefiere que vayáis cada uno por vuestro lado durante una temporada.

¿Qué podemos hacer en un caso así? ¿Es el fin de nuestra historia, tal y como la conocemos?

Comprende sus motivos

Sobra decir que la comunicación es la base de toda relación. No es que la mayoría de los problemas se solucionen hablando, pero desde luego el diálogo es una condición imprescindible para comprender a la otra persona: honestidad, empatía, escucha activa, inteligencia emocional y cuidados.

No somos el otro, y los motivos para ese ‘necesito pensar y estar a solas un tiempo’ pueden venir de muchos lugares: desgaste, agobio, no tener claro si esa persona encaja contigo, problemas de convivencia y compatibilidad, planes de futuro distintos.

Tómate un tiempo tú también

Comprender los motivos de tu pareja para esa petición puede significar también dar espacio al propio análisis. Ese tiempo de descanso también es una oportunidad para ti, porque así podrás reflexionar sobre lo que tú esperas de la relación y en qué punto estás.

¿Identificas los mismos problemas que la otra persona en vuestro vínculo? ¿Tiene razón o ha exagerado las cosas? ¿Es hora de plantearte un cambio en ciertas actitudes tuyas? ¿Cuáles son tus expectativas de cara al futuro?

Ojos que no ven, corazón que no siente

Stalkear a tu pareja en las redes sociales, fiscalizar, investigar como si tuvieras una agencia de detectives qué ha hecho tu pareja en el tiempo que no estáis juntos, con quién se ha visto (si el acuerdo implica que podéis ver a otras personas en ese periodo de suspensión), puede ser la peor de las ideas.

Una vez más: el reproche suele ser la mecha de discusiones negras y agónicas, y la manipulación emocional está a la orden del día. Puede que sientas celos, desesperación, ganas de romper el pacto que ahora tenéis, pero eso nunca es excusa para acosar o controlar. La gestión emocional correcta es la clave.

Relación abierta o relación cerrada

Quizá, pasado ese impasse, ambos acabéis comprendiendo que el problema, en esencia, es el deseo de abrir la relación. Te sorprendería la cantidad de “necesito un tiempo” que se transforman en “ahora mismo me gustaría que nos planteáramos una relación abierta”. Tendrás que reflexionar y valorar si ese es el tipo de vínculo que deseas con tu pareja, y sobre todo, si para ti es un sacrificio, una penitencia o, con suerte, una manera de empezar una etapa nueva con otros límites.

No eres una víctima

Caer en el victimismo y en el reproche a tu pareja por haber verbalizado esta ‘fractura’ es una idea tentadora. En el imaginario común, una pausa de esta naturaleza nos hace pensar en ruptura inminente. Se vienen cositas: “Se está viendo con otras personas y no se atreve a decírmelo”. “Esto se ha acabado y no hay nada que hacer”.

Nuestro cerebro y nuestras inseguridades se ponen a trabajar a toda máquina, y es normal estar asustad_ por esta situación sobre la que no tenemos control y empezar a dar gritos y portazos emocionales, o a comportarnos de una manera tóxica, mandando mensajes y agobiando a la otra persona. Respeta el espacio que te han pedido.

Cuidado con los cantos de sirena

Escuchar en exceso los consejos de la gente que te rodea, por muy buenas intenciones que tengan, solo va a enturbiar tu cabeza y tus pensamientos. Si habéis hablado y tenéis una relación lo bastante honesta, dale el voto de confianza a tu pareja. Una relación es un mundo privado acotado por sus propias reglas. Es difícil que una amiga, un familiar o cualquier otra persona cargada de “consejos vendo y para mí no tengo” te ofrezca la respuesta que necesitas.

Pacta

Las reglas de ese corte temporal son muy importantes. Casi te diríamos que son lo más importante del pacto que ahora empieza. Aunque tú respetes, comprendas y dejes espacio a tu pareja en ese break que te ha pedido, esa pausa no puede ser eterna: sus límites tienen que estar claros. Créenos cuando te decimos que no establecer esos límites es el paso previo al fin del amor. Preguntas como: “¿cuánto tiempo crees que necesitas?” son clave. Que no cunda el pánico, con el tiempo tendréis que volver a habla. Será entonces momento de tomar decisiones: seguir juntos o dejarlo definitivamente.