Ni ozono ni lámparas UV-C para la piel: Sanidad publica una guía para evitar contagios en cines, oficinas o centros comerciales

  • No se pueden usar equipos de ozono ni lámparas UV-C para la piel

  • La ventilación debe durar como mínimo cuatro horas

El Gobierno ha publicado una guía para proteger la salud pública y prevenir la propagación del COVID-19 en locales públicos con climatización mecánica, en la que se establece, que ante un posible caso de COVID-19, el espacio donde se haya alojado la persona debe ser ventilado, al menos, cuatro horas. El documento, dirigido a profesionales técnicos del sector, establece el mantenimiento de los sistemas de ventilación o climatización de edificios y locales, como pueden ser oficinas, centros comerciales, instalaciones deportivas o culturales, según un comunicado del Ministerio pata la Transición Ecológica (Miteco).

En uno de sus puntos, la guía enfatiza que la renovación de aire es el parámetro más importante y recomienda, si es posible, un mínimo de 12,5 litros por segundo y ocupante para lograr un aire de buena calidad, y asimismo recuerda, que si el edificio no dispone de ventilación mecánica se debe favorecer la apertura de ventanas accesibles.

Si el sistema dispone de controles específicos de calidad de aire (sondas de CO2, etc.) se recomienda desconectarlos, dando prioridad al caudal del sistema por horario. En concreto, en horario laboral, se aconseja trabajar con el caudal máximo que permita el sistema desde dos horas antes de la apertura y hasta dos horas después del cierre. En las horas restantes de la semana, incluido fines de semana, es preferible que el sistema continúe funcionando a bajo caudal, pero nunca a nivel inferior del 25% del caudal de aire nominal.

Otra de las recomendaciones aconseja reemplazar los filtros de aire de acuerdo con el programa de mantenimiento de cada edificio, y si el ventilador del equipo lo permite, se puede mejorar la eficacia de los mismos, siempre y cuando se garantice el caudal óptimo de aire.

Ante un posible caso positivo de COVID-19, se recomienda que el espacio donde se haya alojado la persona sea ventilado durante, al menos, cuatro horas. La ventilación debe comenzar al menos dos horas antes de iniciar las labores de desinfección. Dentro del protocolo de limpieza y desinfección del espacio, se recomienda incluir las rejillas de impulsión y retorno de aire; la extracción, la limpieza y desinfección del filtro de la unidad interior si la hubiera (fancoil, split); y la limpieza y desinfección de la unidad interior, si existe, pulverizando una solución desinfectante.

Si existe un sistema de extracción específico para la zona de aseos u otras zonas anexas a la oficina -como, por ejemplo, vestuarios-, es recomendable mantenerlos activos de forma permanente. Y no es recomensable cambiar las temperaturas de calefacción y refrigeración.

El documento considera las labores de mantenimiento tan relevantes como las de operación del sistema. Así, en el supuesto de aquellos edificios y establecimientos que hayan cerrado o cesado su actividad, es recomendable realizar una revisión general de la instalación de climatización antes de la reapertura, limpiando rejillas, difusores, filtros y baterías. Y si la instalación es de ventilación, es conveniente realizar un proceso de purga del aire interior tanto del edificio como del sistema, para lo que bastaría con el arranque del sistema de ventilación para ofrecer un número de renovaciones del aire interior adecuado.

No ozono ni lámparas UV-C para las manos

El texto incide en que "no se pueden usar equipos basados en la generación de ozono en locales con presencia de personas", y asegura que la Organización Mundial de la Salud advierte contra la utilización de las lámparas UV-C para desinfectar las manos o cualquier otra superficie de la piel. La guía ha sido coordinada por los Ministerios de Sanidad, Transición Ecológica y Reto Demográfico y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía en colaboración con expertos en salud pública, sanidad ambiental, aerobiología e instalaciones de climatización y ventilación.

La filtración electrostática incluye una gran variedad de dispositivos eléctricos encaminados a generar cargas en las partículas y provocando su deposición. El nivel de filtrado puede ser muy elevado sin llegar al

nivel de los filtros mecánicos. Esta tecnología de filtrado no mecánico puede producir ozono, por lo que su uso en espacios ocupados debería ser supervisada por técnico competente. En el mercado existen una gran variedad de equipos denominados “purificadores” que consisten en la eliminación de compuestos orgánicos

volátiles y patógenos.

Algunos equipos basan su capacidad de higienización del aire en el uso de ozono. Sin embargo no hay datos disponibles sobre la eficacia germicida del ozono sobre el SARS-CoV-2. El ozono, pese a tener propiedades desinfectantes, está documentado como peligroso para la salud humana y el medio ambiente. No se pueden usar equipos basados en la generación de ozono en locales con presencia de personas, destaca el informe del Ministerio. "Una de las tecnologías más comunes en los sistemas de climatización es la utilización de la luz ultravioleta de radiación corta UV-C. Se trata una técnica empleada en el sector sanitario desde hace muchos años para la reducción de patógenos pero no garantiza su total eliminación. En estudios de laboratorio se ha observado la eficacia de la radiación UV-C en la desinfección de distintos patógenos entre los que se incluyeSAR-CoV y MERS-Co-V". No obstante, recuerda que no es recomendable para la piel.

La oxidación fotocatalítica, comúnmente llamada PCO, se demuestra muy eficaz en la neutralización de los patógenos aerotransportados, sin embargo, debe ser diseñada e instalada de tal forma que se eviten los posibles compuestos residuales que pueden formar durante el proceso. Sobre la ionización bipolar, se conoce su buena efectividad en la eliminación de partículas. No obstante, por ser una tecnología muy moderna, no existen documentación o evidencias científicas sobre su efecto sobre la salud de las personas. Como el caso del PCO podría generar ozono residual.

Cómo se contagia el COVID

Se ha demostrado que el riesgo de contagio por vía aérea por el virus SARS-CoV-2 en el interior de los edificios es más elevado cuando existe poca ventilación. La OMS en base a la evidencia científica, sí reconoce que el virus SARS-CoV-2 setransmite entre personas a través de vía aérea (droplet transmission): mediante gotas grandes, mayores a 5 µm.

Se admite la trasmisión del virus SARS-CoV-2 en personas que se encuentren cerca que se produce en el caso en el que la persona que emitetiene síntomas respiratorios (tos o estornudo) y la persona receptora tiene expuestas al aire sus mucosas (boca o nariz) o conjuntiva (ojos) gotas contaminadas. La vía de contacto directo e indirecto entre personas es una fuente de riesgo.

Existe una vía aérea adicional con evidencia científica probable no reconocida por la OMS, (airborne transmission) que se realiza por micro gotas de tamaño igual o inferior a 5 µm en presencia de patógenos y que son partículas suspendidas y transportadas por el aire (bioaerosoles). Estas microgotas (droplets nuclei) pueden permanecer en el aire largos periodos de tiempo y, potencialmente, tienen la capacidad de transmitir patógenos por vía aérea a mayores distancias.