Síndrome del coronavirus prolongado: "Lo pasé en agosto y todavía sigo sin oler nada y con dolor de cabeza"

  • El 13,3% de los pacientes con Covid-19 siguen presentando síntomas un mes después, pero la causa de este síndrome del coronavirus prolongado sigue siendo una incógnita para los médicos

  • Adrián pasó la enfermedad en agosto, pero todavía sigue teniendo síntomas muy molestos: “Todavía sigo sin oler nada y los sabores los tengo cambiados”

  • Una psicóloga propone diez recomendaciones para todas aquellas personas que están experimentando el síndrome del coronavirus prolongado

Más de un año después de que el coronavirus se identificase por primera vez en la provincia de Wuhan, la infección todavía sigue siendo una incógnita para los especialistas de la salud. Con una vacuna casi al alcance de nuestras manos, hay una pregunta que sigue en el aire: ¿Por qué algunas personas siguen presentando síntomas cuando ya no queda rastro del SARS-CoV-2 en su organismo?

Según la universidad australiana de Bond, el 80% de los pacientes infectados por el coronavirus desarrollan sintomatología durante las dos primeras semanas, pudiendo propagar la enfermedad a otras personas. Tras ese periodo de tiempo, su sistema inmune logra eliminar cualquier atisbo de la infección, al menos a nivel viral. En otras palabras, es posible dar negativo en un test de PCR o de anticuerpos, pero seguir sintiéndote cansado, dolorido o incluso no recuperar el gusto ni el olfato.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han puesto nombre a este fenómeno: síndrome postcovid o del coronavirus prolongado. Se trata de una fase clínica de la enfermedad que se produce un mes después de la infección y puede extenderse durante un periodo de tiempo incierto.

¿Cuánta gente no se cura totalmente del coronavirus?

Según el King’s College de Londres, el 13,3% de los pacientes con coronavirus seguían presentando síntomas un mes después, el 4,5% dos meses después, y el 2,3% tres meses después. Todos ellos experimentan lo que los médicos han denominado como long covid o coronavirus prolongado.

Los síntomas más habituales son cansancio, dolor articular y muscular, sensación de ahogo, tos crónica, problemas para recuperar el olor y el olfato o incluso percepciones cambiadas. En casos más graves también se pueden dar pérdidas de memoria, migrañas que impiden llevar una vida normal, palpitaciones, pérdida de pelo y desorientación.

Este es el caso de Adrián, un joven de 25 años que pasó el coronavirus en agosto, pero que sigue presentando sintomatología característica de la enfermedad. “Todavía sigo sin oler nada y los sabores los tengo cambiados”, afirma. “El chorizo que siempre me ha encantado ahora me sabe rancio, y el jamón directamente es como no comer nada. Imagínate el bajón en Navidad sin disfrutar del embutido”.

A los cambios en la percepción del sabor le siguen unos molestos dolores de cabeza que le obligan a pasarse todo el día en la cama. “No me dan todos los días, igual una vez a la semana o dos como mucho, pero cuando me vienen me tengo que meter en la cama, bajar la persiana y apagar las luces. El ruido y la luz me dan ganas de vomitar y me pongo malísimo. De todos los síntomas, es el peor”.

El médico se ha desentendido”, confiesa. “En agosto me dijo que me iría llamando para hacer seguimiento, pero nada. Llamé yo para contarle que seguía mal y me dijo que paciencia. Y aquí sigo esperando”.

La causa del síndrome postcovid

Inicialmente se ha relacionado el síndrome del coronavirus prolongado con un el síndrome de fatiga crónica, una afección que experimentan muchos pacientes que han atravesado una infección viral recientemente. Se caracteriza también por cansancio, dolor muscular y un fuerte impacto psicológico que puede confundirse con depresión. Sin embargo, el síndrome de fatiga crónica es una incógnita para la medicina. No se sabe muy bien por qué surge, y en consecuencia muchos pacientes que acuden al médico aquejados de este tipo de molestias no obtienen respuesta o son derivados al psicólogo y psiquiatra.

En aras de entender mejor los síntomas crónicos provocados por el SARS-CoV-2, los expertos han estudiado el papel de las citoquinas.

Las citoquinas son proteínas que cumplen diferentes funciones:

  • Provocan la inflamación de nuestro cuerpo ante una infección.
  • Son tóxicas ante algunas sustancias u organismos que son dañinos para nuestro cuerpo, como el coronavirus.
  • Inducen la producción de células protectoras llamadas inmunoglobulinas.
  • Aumentan la concentración de moléculas que atacan a los antígenos.

Aunque estas proteínas son beneficiosas, el SARS-CoV-2 puede provocar una oleada de citoquinas que a largo plazo afectarían al sistema inmune, activando virus que estaban latentes en el cuerpo y provocando cambios celulares. Este podría ser el origen del síndrome del coronavirus prolongado, pero son solo hipótesis que aún no han sido contrastadas.

Tengo el síndrome del coronavirus prolongado, ¿ahora qué?

Lo primero que debes hacer es ponerte en contacto con tu médico. Aunque el 20% de los pacientes con coronavirus experimentan un trastorno mental durante los tres meses siguientes a la infección, es fundamental descartar causas orgánicas.

El cansancio o el dolor de cabeza pueden relacionarse con un problema psicológico como ansiedad o depresión, pero también se asocian a causas físicas. Por eso lo ideal es ponerte en manos de un médico para identificar cualquier complicación.

Una vez el médico haya estudiado a fondo tu situación, lo ideal es encontrar un equilibrio entre seguir con tu vida normal y descansar cuando tu cuerpo te lo pida.

  1. No te sientas culpable por necesitar tiempo para ti.
  2. Cuida tus horarios de sueño. Duerme como mínimo 7 horas y media al día.
  3. Presta atención a tu alimentación. Aunque no te sepan las cosas o no tengas apetito, es importante nutrir tu cuerpo.
  4. Estate activo, pero respetando las limitaciones que tu salud impone. Si no puedes salir a correr 10 kilómetros porque te duelen las articulaciones o te molesta la luz, haz algo de deporte en casa.
  5. No descuides tus hobbies. Juegos de mesa, dibujar, leer… Cualquier actividad placentera es útil para mejorar tu estado de salud mental y física.
  6. No te automediques, aunque sean remedios naturales sin evidencia científica.
  7. Sigue utilizando mascarilla cuando salgas a la calle. Aunque hayas pasado el coronavirus, existe un riesgo de reinfección.
  8. Pide ayuda si no puedes con todo. Tu pareja, tus amigos o tu familia están ahí para escucharte y echarte una mano.
  9. Evita sobreexponerte a información relacionada con el coronavirus. Una cosa es conocer la realidad que nos rodea, y otra leer noticias al respecto todo el día.
  10. No dejes pasar por alto las consecuencias psicológicas de tu situación. El insomnio, la depresión, la ansiedad o el estrés postraumático deben ser abordados por un psicólogo clínico.