La Navidad también cansa por el exceso de compras, consumo y celebraciones

Las celebraciones navideñas se han vuelto omnipresentes en nuestras vidas. Meses esperando que lleguen, pero cuando acabamos de empezar estas fiestas, muchos se reconocen hartos de tantos villancicos, anuncios consumistas y colas y aglomeraciones en los centros urbanos de las grandes ciudades.

La presión social ha convertido a las Navidades en una explosión de consumismo, compras continúas y comidas que se alterna con copas con amigos o cañas durante varios días consecutivos.

La Navidad también cansa para muchos ciudadanos

También pesa tanta decoración navideña. Los tradicionales belenes de toda la vida se han visto superados por los árboles de navidad, los trineos de Santa Claus o una explosión de duendes y personajes extraños procedentes de culturas con las que poco tenemos que ver.

Antes era solo cuestión de algo de espumillón y bolas de colores, pero ahora todo está superado por la nueve artificial o otros elementos que pocos entendemos. Al final, lo que queda son las ganas de ver a los nuestros, reunir a la familia o reencontrarse con los amigos de toda la vida.

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