Unos cerdos y su olor frustran el idílico sueño de una pareja de australianos en Lugo
Una granja de cerdos ha frustrado el idílico sueño de una pareja de australianos en la localidad de Mondoñedo, en Lugo (Galicia)
Pretendían construir un complejo de ecoturismo, pero el fuerte olor de la explotación de cerdos hace imposible y desagradable la estancia
Nando, el ganadero de 39 años encargado de la explotación, asegura tener todos los permisos en regla y no quiere vender la granja
Una granja de cerdos ha frustrado el idílico sueño de una pareja de australianos en la localidad de Mondoñedo, en Lugo (Galicia). Pretendían construir un complejo de ecoturismo, pero el fuerte olor de la explotación de cerdos hace imposible y desagradable la estancia. El joven ganadero propietario de la parcela, oriundo del pueblo, defiende su actividad y asegura tener todos los permisos.
Hyde y su mujer vieron en esa localidad gallega en plena naturaleza el lugar perfecto para construir su paraíso rural. Sin embargo, cuando el proyecto estaba casi terminado, se encontraron con el obstáculo insalvable: "No es posible abrir las ventanas y no es posible comer fuera", comenta el ciudadano australiano afectado.
- El sonido de las campanas en un pueblo de Cantabria enfrenta a vecinos y turistas por conciliar el sueño
- La alarma que atormenta 24 horas a los vecinos de La Sagrera, en Barcelona: "Pedimos explicaciones y nada"
- El hospital y la residencia de Cerdanya (Cataluña) reciben por sorpresa una herencia multimillonaria
Nando se niega a vender su explotación a Hyde y su mujer: afirma tener los permisos
Nando, el ganadero de 39 años encargado de la explotación, asegura tener todos los permisos en regla. "Hay que cumplir", señala en este sentido. Hyde y su mujer han intentado comprarle la explotación, pero él se niega a vendérsela: "Los animales claro que valen, estamos hablando de una explotación en la que están al aire libre".
Hyde y su mujer, la pareja de australianos, buscan una solución: "No es posible venir aquí"
El proyecto está paralizado por ahora. "No es posible venir aquí", lamenta Hyde, que ha visto frustrado su proyecto. Es difícil que los visitantes puedan ir y disfrutar del aire fresco. El conflicto es una de las comidillas en el pueblo. "Los cerdos huelen mucho", comenta una mujer. "Tienen que adaptarse o irse a otro sitio", agrega otra vecina. "Se las tendrán que arreglar", sentencia otra residente de Mondoñedo.