La cárcel de Mas Enric en El Catllar (Tarragona) ha restringido las visitas presenciales a Rosa Peral, que fue sentenciada por su implicación en el asesinato de su pareja, en el caso conocido como el “crimen de la Guardia Urbana”. Durante un mes, solo podrá recibir a familiares directos y allegados. Esta limitación se suma a la sanción que ya tenía Peral por el uso indebido de sus llamadas telefónicas, que debían ser para comunicarse con sus familiares y amigos, pero que utilizó para dar entrevistas a medios de comunicación.
La decisión ha sido adoptada por la junta de tratamiento de Mas Enric, formada por profesionales que trabajan en el centro penitenciario. Según han confirmado fuentes de la prisión a la agencia EFE y ha publicado el diario El País, el motivo es la elevada atención mediática que ha generado Peral, que podría afectar a su reinserción social.
La medida implica que Peral solo podrá ver en persona a sus familiares de primer y segundo grado, así como a personas con las que tenga una relación estrecha. Esto se aplica tanto al locutorio como a los vis a vis, que son encuentros privados entre los internos y sus visitantes. No obstante, la duración de la restricción está sujeta a revisiones periódicas, y podría variar según la evolución de la reclusa.
La abogada de Peral, Núria González, criticó en una entrevista en Catalunya Ràdio que la reclusa ha estado tres días sin poder hablar con su familia directa por esta sanción. Además, aseguró que Peral ha sufrido un registro exhaustivo en su celda, donde le han quitado objetos personales, como auriculares y lápices de colores. También le han sugerido la posibilidad de un traslado a otro centro penitenciario.
Desde el Departamento de Justicia, sin embargo, señalaron que el registro en la celda es una práctica habitual, no excepcional, que sirve para comprobar si los reclusos tienen objetos no permitidos en su poder.