El abuso de los móviles en menores puede generar problemas sociales, familiares, escolares o adicciones

  • El psicólogo infanto-juvenil Abel Domínguez Llort afirma que el abuso de las pantallas "siempre" causa problemas familiares

  • En la adicción al móvil “existe el equivalente a un síndrome de abstinencia en el consumo de sustancias”

  • El 95% de los adolescentes tiene móvil con acceso a Internet desde los 11 años

“Mi hija es adicta al móvil, pasa horas enganchada”. Es lo que ha confesado una madre que pide ayuda ante nuestras cámaras. El uso de los móviles por los menores trae tantas complicaciones que el Consejo Escolar del Estado ha decidido prohibirlo en primaria y limitarlo en secundaria. Le hemos preguntado un psicólogo infanto juvenil sobre las consecuencias para los menores del uso descontrolado del teléfono.

Hay abuso de pantallas cuando el menor "sufre interferencias" en algunas de las "áreas importantes de su vida" a nivel social, familiar, educativo... que puede incluso a generar una adicción…, advierte Abel Dominguez Llort, director de Domínguez Psicólogos.

“A nivel formativo afecta al rendimiento académico, llegando a generar fracaso escolar; a nivel relacional puede disminuir el entrenamiento en habilidades sociales que hacen los niños en el recreo o por las tardes cuando interactúan con otros menores. Si pasan más horas con las pantallas que jugando con otros niños, ahí se pierde un cierto entrenamiento en habilidades sociales, en gestión de conflictos…”, explica el psicólogo.

Los vídeojuegos en línea no son tan malos

No obstante, Domínguez Llort rompe una lanza en favor, por ejemplo, de los vídeojuegos en línea. “De alguna forma están interactuando, incluso colaboran para lograr el objetivo del videojuego. No hay que demonizar a los videojuegos, ni a las pantallas. La manera de interactuar de los menores hoy se separa bastante de cuando nosotros nos bajamos a jugar a la calle con un balón 20 chicos. Ahora se juntan 10 ò 15 chavales para jugar a la vez a un videojuego. Es otra manera de interactuar y entrenan otras habilidades sociales”.

Las relaciones familiares “siempre” se ven afectadas cuando hay abuso de pantallas. “Ellos siempre van a querer más y los adultos deben poner límites para reducir el tiempo de exposición”, explica.

Una 'adicción sin sustancias'

El abuso en el consumo del móvil puede terminar en adición. Bien lo sabe la madre de una adolescente de 16 años que ha contado a Informativos Telecinco, desesperada, que ya no sabe qué hacer para ayudarla. “Pasa entre 16 y 18 horas diarias enganchada. No come con la familia, no se relaciona con nadie, no sé quiénes son sus amigos… a veces, ni duerme”.

Existe un tipo de adicciones que los profesionales llaman “adicciones sin sustancias, que son más de tipo conductual. Las personas, en este caso los chavales, tienen abstinencia y están pensando todo el rato en cuándo van a poder jugar porque lo necesitan”, explica el psicólogo infanto-juvenil.

Llegados a este nivel de dependencia del móvil, “ya existe el equivalente a un síndrome de abstinencia de las sustancias” y las ganas de jugar con el móvil, la máquina o la tablet es tal que “se dan reacciones de ansiedad y algunos chavales duermen mal”.

Según UNICEF, el 95% de los adolescentes tiene móvil con acceso a Internet desde los 11 años y más del 65% pasan más tiempo del debido conectados.

¿A qué edad debe un niño tener su primer móvil?

Domínguez Llort no establece un límite de edad ni de horas para acceder a los móviles y demás dispositivos. En primer lugar, porque hoy muchos lo necesitan, impuestos por los colegios, para estudiar. Ese límite vendría impuesto por otras actividades. Es decir, el uso del teléfono no debe evitar que los menores hagan otras actividades donde tengan que pensar, colaborar, moverse o competir, insiste.

En segundo lugar, afirma que cada padre debe elegir la educación en valores para su hijo. “Solo puedo recomendar que se entienda que un Smartphone es una ventana llena de oportunidades y de riesgos que debemos conocer los padres y los menores”.  

“Hay contratos –recuerda- sobre el uso de los móviles que algunas asociaciones recomiendan, que dicen que el dispositivo es de los padres y no de los hijos, que de vez en cuando deberán mostrar el contenido a los adultos… En cualquier caso hay que transmitir a los menores que tener un móvil no es un cheque en blanco y que el uso de un móvil conlleva una responsabilidad”.

“Somos padres del siglo XX educando a niños y niñas del XXI. Hay cierto desfase tecnológico que salvar”

El experto aconseja a los padres informarse y formarse en tecnología. “Somos padres del siglo XX educando a niños y niñas del XXI. Hay cierto desfase tecnológico que tenemos que salvar”.

Para ello existen muchas herramientas como controles parentales para saber qué páginas visitan, con quiénes interactúan o qué videojuegos en línea son adecuados para su edad. 

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