Así era la hermana casi desconocida de George Clooney que ha fallecido: "Mi heroína"
La hermana del actor prefirió tener un perfil bajo y dedicarse a su comunidad y dar clases de arte
George Clooney no besará ya más a ninguna mujer en sus películas tras llegar a un pacto con su esposa
Hay noticias que, por mucho que tengan un apellido famoso en el centro, no van de cine ni de glamour. Van de familia. Adelia “Ada” (nacida Clooney) Zeidler, hermana mayor de George Clooney, murió el viernes 19 de diciembre de 2025 a los 65 años. Su obituario la sitúa en Augusta (Kentucky) y afirma que falleció “tranquilamente, rodeada de la gente que amaba” en el hospital St. Elizabeth, en Edgewood (Kentucky).
El actor la despidió con una frase que, por directa, golpea más: “Mi hermana, Ada, era mi heroína”. Para después añadir en el mismo mensaje que “se enfrentó al cáncer con coraje y humor. Nunca he conocido a nadie tan valiente. Amal y yo la echaremos terriblemente de menos.” No hay espacio para la retórica ni para palabras de consuelo prefabricadas. Solo una admiración inequívoca entre hermanos y la sensación de vacío que deja este tipo de ausencias cuando ocurren.
Una vida lejos del foco, cerca de lo cotidiano
Ada Zeidler no fue una celebridad. Y ese dato, en esta historia en concreto, es mucho más que una curiosidad a pie de foto, sino que forma parte del núcleo de lo que fue esta mujer. En su obituario se la describe como “una talentosa artista” y también demostró sus habilidades como profesora de arte de primaria en Augusta Independent School “durante varios años”. En definitiva, se trataba de una persona brillante, que consiguió destacar ya desde el instituto, hasta el punto de que sus logros académicos la llevaron a ser National Merit Scholar, una distinción que solo consiguen el 1% de los estudiantes de Estados Unidos.
Todo esto no son simples palabras y “méritos” vanos que pretenden decorar una despedida, sino que son mucho más: las pruebas de cómo Ada disfrutó de una vida construida con paciencia. Se trataba de una mujer a la que le encantaba leer, hasta el punto de formar parte de un club de lectura, y participaba de la comunidad en la que vivía tanto a través de sus capacidades artísticas como a través de iniciativas colaborativas. Todo esto contribuye a completar el lienzo que ilustra quién era esta mujer, de una forma mucho más evidente que cualquier titular que pudiéramos elegir.
Ada también estuvo casada con Norman Zeidler, un oficial retirado del ejército de Estados Unidos. Su enlace tuvo lugar el 14 de marzo de 1987 y su marido falleció tiempo antes que ella, en concreto el 11 de octubre de 2004.
Un adiós sin espectáculo (y por eso más elocuente)
En estos días, el foco ha estado menos en “qué hizo Clooney” y más en el tono de su despedida: una declaración breve y personal, sin convertir la pérdida en relato público. La clave para interpretar la despedida del actor a su hermana está en expresiones tan claras como llamarla “mi heroína” o alabar sin rubor su valentía.
El carácter sobrio de la despedida casa con el perfil de Ada Zeidler, una mujer que vivió lejos de focos y cerca de una comunidad muy concreta. El respeto es máximo, e incluso necesario, hasta el punto de que se omite casi cualquier tipo de detalle médico público, ya que no hacen falta para entender lo esencial, respetando el deseo de la fallecida de priorizar lo íntimo y cercano por delante de los focos y el interés del público.
Porque quizá esa sea la paradoja: Ada Zeidler aparece en el mundo porque ha muerto, pero lo que la define en lo publicado no es el brillo prestado, sino un rastro de cosas normales: enseñar arte, pertenecer a una comunidad, estar. Y en la frase de su hermano —“my hero”— hay una idea que cualquiera reconoce: a veces, los héroes no llevan capa ni salen en pantalla. Están en casa.
