El pasado agosto, los padres de Brody recibieron el diagnóstico que no querían oír: a su hijo, de dos años, le quedaban dos meses de vida. Los médicos descubrieron en mayo que el niño tenía un raro cáncer cerebral del que solo han sido diagnosticadas 300 personas, según WCPO. En un principios, los facultativos creyeron que lo que estaba causando molestias al pequeño era una infección auditiva.
Desde el inicio de la enfermedad, la familia ha recibido apoyo de todo su alrededor. Su página en GoFundMe recibió 21.000 dólares en donativos para cubrir los gastos médicos e incluso el Hospital Infantil de Cincinnati, el que lo ha tratado, ayudó con el pago de las facturas de los tratamientos que no cubría el seguro médico del pequeño.
Tras el último mazazo, sus padres han decidido hacer pequeño a su hijo hasta el final de sus días y por ello, han organizado una Navidad adelantada. "Para él es sólo Navidad. Se despertó un día y el árbol de Navidad estaba fuera. Él no sabe que no es realmente Navidad. Él simplemente lo está disfrutando", ha afirmado la hermana de Brody, de 21 años. Su madre, por su parte, ha asegurado que lo han hecho para hacerle feliz. "Es realmente difícil, pero me encanta ver la alegría en sus ojos", ha dicho a The New York Times.