La brutal agresión que sufrió una familia española en Albania ha tenido consecuencias. El dueño de un restaurante, fuera de si, les persiguió, se subió al parabrisas del coche, y nadie sabe lo que habría sucedido si consigue romper el cristal. Ahora las autoridades del país han decidido cortar por lo sano, y le han demolido el negocio.
Sucedió en Albania el pasado fin de semana. Un grupo de turistas españoles atacado por el dueño de un restaurante del que se habían ido porque tardaban demasiado en atenderles. El suceso tuvo tanta repercusión que hasta el gobierno albanés se disculpó con la familia española.
Hoy, ese mismo gobierno, ha ordenado la demolición del local alegando que estaba construido de manera ilegal y que además operaba sin la licencia pertinente. Por la mañana han llegado las máquinas, la policía ha desplegado un dispositivo de seguridad alrededor para evitar incidentes y en cuestión de horas, dos mil metros cuadrados han quedado reducidos a escombros.
El dueño del local está en prisión preventiva por su ataque a los turistas