Más allá de las declaraciones está el relato de los hechos. Se sabe que le dieron sedantes a la niña y que una vez dormida en la finca familiar la ataron por si se despertaba y la asfixiaron.
Según el atestado de la Guardia Civil, el sábado por la tarde un testigo vio cerca del domicilio familiar a Rosario Porto con su hija Asunta. Iban a recoger el coche aparcado en la calle al no tener garaje.
Las cámaras de varios comercios de la zona, captaron el paso del vehículo. Las imágenes más nítidas las grabó una cámara situada en la marquesita de una gasolinera ubicada en una de las salidas naturales para ir a Teo, a la casa de campo.
Alfonso Basterra había comprado sedantes y según los investigadores se los dieron a la niña calculando que al llegar a la finca se quedaría dormida. Sospechan que le ataron un pie y una mano por si se despertaba. Creen que usaron las cuerdas cortadas y halladas, la mitad en la casa y la otra mitad, junto al cuerpo.
Luego la ahogaron con una almohada o con un muñeco. Ambos están siendo analizados para contrastar los tejidos hallados en la boca y garganta de la niña.
Los agentes escriben que tanto el padre como la madre esperaron a que se hiciera de noche para sacar el cadáver al camino y después fueron juntos a poner la denuncia. Ahora esperan el resultado de la prueba de ADN de una colilla que pudo dejar el padre cerca del cuerpo.
El móvil que barajan sigue siendo el económico y aunque han encontrado un testamento anterior a la existencia de Asunta, creen que hay bienes a nombre de la niña. Los investigadores dicen que los dos, padre y madre, necesitaban dinero y la niña les sobraba.
Prisión provisión sin fianza
El titular del Juzgado de Instrucción número dos de Santiago de Compostela, José Antonio Vázquez Taín, que instruye el sumario por la muerte de Asunta Basterra, tras tomar declaración a Rosario Porto y Alfonso Basterra ha decretado el ingreso en prisión comunicada y sin fianza por un "delito de homicidio, posible asesinato" en función de los resultados toxicológicos.