Aliu y Falu, los manteros convertidos en héroes en la playa de la Venus en Marbella

  • Los manteros no dudaron en salgar al agua para rescatar a la joven

"Para ayudar no hay que pensar, nosotros somos así". Aliu y Falu, estaban ahí casi siempre, escapando de las miradas furtivas de muchos. Señalados en ocasiones. Pero los manteros habituales de la playa de la Venus se han convertido en todo unos héroes. No dudaron ni un instante en lanzarse al agua para salvar la vida de una joven. El novio de la joven también estaba en el agua para rescatarla. Pero ellos no dudaron. Fue Falu el más rápido de los dos hermanos que dejaron los bolsos en el suelo para intentar salvar una vida.

El fuerte temporal de levante registrado obligó a prohibir el baño en todo el litoral de Málaga desde primera hora de la tarde para evitar incidentes por las fuertes corrientes. El oleaje era intenso, por lo que el baño continuó prohibido hasta el cierre de las playas. La joven se jugó sin quererlo la vida.

Las tormentas de la noche habían provocado que el oleaje fuera incesante en la playa y las corrientes. Con bandera roja una joven ya no pudo más. El cansancio la jugó una mala pasada y la imprudencia también. Pero ellos estaban allí. Ahora son los héroes de la playa. Durante varios minutos lucharon con las olas para salvar a la joven. Lo lograron. Efectivos de la Policía Local de Marbella se desplazaron con celeridad a la zona y avisaron al Servicio de Emergencias 061, que posteriormente trasladó a la damnificada a un centro hospitalario.

La chica gritaba sin remedio, no iba a llegar a la orilla. Gritó. Como nunca. Al menos lo suficiente para que los gritos de auxilio alarmaran a los improvisados socorristas de origen senegalés, que gracias a una rápida actuación pudieron lograr su objetivo: salvar a la joven. "Yo fui a ayudar", confiesa Falu, que reconoce que acabó bastante cansado en su lucha contra el mar y muy contento por la familia. Esta vez las miradas fueron sonrisas y aplausos. De todos. Falú que sabe lo que es jugarse la vida en una patera está contento hoy. Sigue vendiendo sus bolsos, pero es consciente de que ha salvado una vida.