Amazon implanta una cámara con IA para controlar la distancia social de sus empleados

  • El sistema rastrea los movimientos de los empleados y advierte cuando están a menos de dos metros

  • La asistente de distancia ha sido probada ya en varios edificios de la compañía

Mantener la distancia social en el regreso a los puestos de trabajo es uno de los grandes desafíos de las empresas en la nueva normalidad. Amazon, el gigante del comercio electrónico, ha presentado una herramienta de inteligencia artificial que ayudará a sus empleados a mantener las reglas de distanciamiento social impuestas con motivo de la pandemia de coronavirus.

El sistema, llamado 'Distance Assistant' o 'Asistente de distancia', es una combinación de sensores de profundidad, cámaras basadas en IA y pantallas de televisión. El sistema rastrea los movimientos de los empleados y les advierte cuando están a menos de dos metros.

La cámara graba en todo momento una zona concreta y detecta a las personas que pasan. Bajo sus pies, reproduce un círculo verde que indica que esa persona no tiene a nadie a dos metros y que cambia de color cuando dos o más personas se cruzan. En la pantalla la distancia aparece marcada con círculos de color verde, alrededor de los pies de los empleados, que se vuelven rojos cuando entran en contacto.

Tecnología en fase de pruebas

Amazon ha señalado que la tecnología es similar en su comportamiento a los sistemas de radar en las carreteras que automáticamente informan a los conductores cuando sobrepasan los límites. La asistente de distancias ha sido probada en varios edificios de la compañía y espera poder implementarla en muchos otros durante las próximas semanas. Dado el diseño compacto de los dispositivos, su instalación es rápida y sencilla y se los puede cambiar de ubicación de ser necesario.

Amazon ha registrado la tecnología como de código abierto, permitiendo así que otras empresas apliquen el sistema en sus propios edificios. Esto permitirá no solo crear forks de la tecnología, sino auditar el código para comprobar cómo funciona por dentro y qué tipo de información se recoge.

Por otro lado, el miedo por la falta de privacidad vuelve a aparecer en este caso. Con el pretexto del distanciamiento se puede aprovechar para vigilar a los empleados, lo que puede generar más tensión en una compañía que ya ha sido acusada de mantener malas condiciones de trabajo para sus empleados y despedir a aquellos que han protestado contra sus políticas.