Este sistema permite al pirómano no entrar en el monte. No explotó y fue hallado en la única parroquia de las siete que tiene el concello que no se quemó. La teoría de la Guardia Civil es que otros sí funcionaron.
La concentración de incendios el domingo, hasta 132 en toda Galicia, tiene una explicación para los investigadores del Seprona que tras analizar 50 fuegos en Pontevedra iniciados cerca de carreteras, hablan de pirómanos excitados al olor del fuego. Sobre todo después de la alarma que causó el de Pazos de Borbén, también intencionado, al que se sumó otro fuego que entró desde Portugal ayudado por fuertes vientos y arrasó As Nieves.
El presidente de la Xunta sigue con sus tesis de que los incendios no fueron causa de una mala gestión y sí de un atentado perpetrado por terroristas que se pusieron de acuerdo para hacer daño. Y utiliza las cifras comparadas de los 50 fuegos en el peor día del verano frente a los más de 100 del domingo cuando iba a entrar en Galicia la cola del huracán Ophelia.
El Gobierno, en boca de la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, habla de incendiarios que eligieron el momento adecuado; un horario complicado para los medios aéreos con la entrada de la noche. Al contrario de la Guardia Civil que habla más de pirómanos que de banda organizada, la policía sí cree que en Vigo ciudad pudo haber una trama organizada porque casi a la misma hora comenzaron una docena de incendios separados por 10 kilómetros. Demasiado para que saltara el fuego por el viento pero suficiente para que los incendiarios se desplazaran en moto o en coche. De momento no hay culpables y todos hacen un llamamiento a la colaboración ciudadana.