Varias orcas atacan a dos veleros en aguas del Estrecho: "Nos ha arrancado el timón"

  • El `Serena IV´ navegaba en la madrugada del sábado frente al cabo Espartel cuando fue atacado

  • Dos días antes otro velero estadounidense ha sido atacado en la misma zona

  • Los dos barcos se encuentran en Tarifa a la espera de reparaciones

Es plena noche cerrada de este fin de semana en el Estrecho. Un velero, el `Serena IV´ navega entre Europa y Africa, cuando recibe una visita inesperada. Son orcas. Desde hace meses presentan un extraño comportamiento. A finales de julio, frente a Trafalgar, un grupo de nueve orcas acosaba una embarcación de 15 metros de eslora chocando contra el casco, desactivando el motor y rompiendo el timón: los incidentes se reprodujeron con varios barcos en las costas Gallegas.

Y aquí están de nuevo. Una orca se acerca al velero. Un tripulante da la voz de ¡ahí esta!. Hay nervios.Tratan de asustarla, pero no está sola y otro de estos animales ya ha embestido el timón.

"¡Quieren darle al timón!"

"Veníamos de Italia, habíamos repostado en Gibraltar y nos dirigíamos a Lanzarote", cuenta Sergio Rodman, armador del `Serena IV´. "Eran más o menos las doce y cuarto de la noche, estábamos a la altura del cabo Espartel, Román, otro de los tres que íbamos en el barco, acababa de entrar de guardia. Yo estaba en el camarote pero todavía no me había quedado dormido, y en ese momento escucho un golpetazo que hace trasluchar al barco. Al principio creíamos que había sido un contenedor"

Pero no, el golpe lo había dado una orca. "No las veo en la Antartida y aquí en el Estrecho vienen", dice uno de ellos cuando se reúnen en cubierta . "¡Quieren darle al timón!"

Bajo el agua la mancha blanca que rodea los ojos de estos animales se mueve en paralelo al barco. Otra se dirige de nuevo hacía el casco.

"Sacamos las linternas y ya las vimos", sigue Sergio."Ya nos habían hablado de estos ataques. Reaccionamos. Empezamos a tirarles cosas, les dimos con el bichero, pero seguían viniendo. Eran tres. Estuvimos un rato luchando con ellas, unos quince o veinte minutos. En un momento dado se llevaron parte del timón. Fue muy raro, lo cortaron longitudinalmente, lo dejaron como si lo hubieras cortado con un cuchillo de arriba a abajo"

"Agárrense porque nos puede dar un buen golpe", se oye. "Les gusta el timón tío, siempre van a por el timón. Está tocando el timón".

En el agua una enorme burbuja delata la respiración de una de las orcas que entre los gritos de los tripulantes, vuelve a la carga. Se mete bajo el velero. El bichero con el que intentan apartarla no sirve de nada.

"En vez de darle al casco van a por la parte más débil del barco, dicen que pueden estar ahí horas" dice uno. "Está viene otra vez, ya viene por aquí", comenta otro de los que viajan a bordo.

Las orcas vuelve a embestir la popa del velero. Un de ellas, un macho de gran tamaño. Las voces y los golpes para alejarlas no surten efecto. La rueda de gobierno se mueve al ritmo de las embestidas. En la superficie empieza a aflorar espuma del timón. En segundos lo que sale a flote es la mitad de la pala. El barco ya sólo se gobierna con la otra mitad".

"Por la contaminación que he visto hoy, ya te digo, ya se yo por qué ,estos son los dioses de los mares" concluye alguien a bordo.

las orcas han vuelto, y dos veleros se han encontrado con ellas en aguas del Estrecho

Al final, alguien saca una bengala, es lo único que acaba ahuyentándolas.

"Román dijo, vamos a buscar las bengalas", relata Sergio. "La primera la tiramos al agua y se apagó. pero luego simplemente con acercársela se retiraban".

Finalmente las orcas desisten. Con lo que queda de su timón, el `Serena IV pone rumbo a Tarifa, donde llega de madrugada. Allí encuentran un barco estadounidense, el `Aniway´ que ha pasado por lo mismo dos días antes. Con peor suerte, porque tienen una vía de agua.

Ataques si se les pregunta a los tripulantes, un juego según los expertos que analizaron los encuentros producidos el verano pasado, y achacaron los sucedido a la curiosidad de las orcas jóvenes. Lo irrefutable, las orcas han vuelto, y dos veleros se han encontrado con ellas en aguas del Estrecho.