En una noche fría, el agente Lawrence Deprimo vio a un sin techo con los pies desnudos y llenos de llagas. "Le pregunté si quería unos calcetines pero me dijo 'No gracias, pero que dios te lo pague por preguntar'". Impactado por esa respuesta entró en una zapatería y le compró al indigente un par de calcetines y unas buenas botas. Cuando le dio todo al mendigo, recibió una enorme sonrisa del hombre. Lo que ignoraba es que una turista fotografió el momento, y la imagen ya ha recorrido el mundo, con todo tipo de comentarios de agradecimiento al agente.