Cárcel para el joven que agredió brutalmente en plena calle a un abogado en Oviedo

  • El acusado acepta una condena por maltrato a su pareja

  • Conlleva dos años de orden de alejamiento de la mujer

  • La víctima trató de mediar en una agresión machista

La titular del Juzgado de instrucción número 4 de Oviedo ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para R.G de la F, de 27 años, el joven que propinó una brutal paliza a un abogado que trató de mediar en una agresión machista el pasado domingo en la calle General Elorza de la capital ovetense.

El acusado ha aceptado también una condena leve por maltrato a su pareja, que conllevará una orden de alejamiento de dos años de la chica impuesta también por el juzgado, pese a que esta ha declarado al juzgado no haber sufrido ningún tipo de agresión en ningún momento. También deberá prestar cincuenta días de trabajos en beneficio de la comunidad.

El Ministerio Fiscal formuló su solicitud al considerar la gravedad de los hechos, la brutalidad de la propia agresión y la existencia de riesgo de reiteración delictiva.

R. G. de la F., que tiene antecedentes por maltrato, pensó que el letrado Carlos Hernández Fierro, iba a llamar a la policía y se lanzó contra él. Tras la agresión se refugió en su vivienda con su pareja y rehusó colaborar con los agentes. “Espero que me perdone, cada uno por su lado. Lo siento mucho”. Con estas palabras quiso disculparse el agresor, que añadió a Informativos Telecinco que "ahora me considero una buena persona pero hace años no".

Todo comenzó cuando la víctima, que hablaba por teléfono vio como el agresor estaba discutiendo fuertemente con una chica, su pareja. El abogado le increpó con la intención de evitar una agresión machista y se llevó una tremenda paliza. Hasta quedar inconsciente. El abogado recuerda que le agarró por el cuello, le tiró por el suelo y empezó a pegarle.

En el vídeo que grabó un vecino se aprecian las brutales patadas y puñetazos que el detenido propinó al letrado, que se ha mostrado convencido de que si no se llega a proteger en el suelo las consecuencias de los golpes hubieran sido mucho peores: "Todas las patadas iban a la cabeza", aseguró. También, que los puñetazos que le propinó su agresor se los dio "con un objeto en la mano, que sacó de su cazadora".