Desde el 12 de junio se sabía que don Juan Carlos tenía que ingresar para someterse a una operación de corazón tras detectarle una cardiopatía isquémica. Ingreso que el rey emérito realizó anoche en la clínica Quirón de Pozuelo de Alarcón con un mensaje claro. Los médicos descartaron la implantación de stent por no ser más indicado por lo que al final han decidido realizarle tres bypass.
A Don Juan Carlos se le ha practicado una cirugía a corazón abierto denominada revascularización coronaria mediante triple bypass. El objetivo ha sido evitar que la acumulación de sustancias en la pared de las arterias derive en un infarto de miocardio por falta de flujo sanguíneo.
A corazón abierto, es decir el equipo de cardiólogos ha intervenido a Don Juan Carlos abriendo la caja torácica. Una operación compleja al tener que implantar tres conductos adicionales al corazón del monarca. Tras más de cuatro horas de minuciosa y precisa cirugía cardiovascular parte de la circulación sanguínea del rey emérito ha comenzado a dirigirse a las zonas donde hasta hoy no llegaba suficiente oxígeno.
Pese a los riesgos, si todo evoluciona favorablemente como hasta ahora, el padre del rey podría estar en casa en una semana y hacer vida normal en algo más de un mes según los cardiólogos.
Para tan delicada intervención el rey emérito ha estado en buenas manos, en las del cirujano Alberto Forteza Gil, jefe del servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario Quirón de Pozuelo y de Cirugía Cardiovascular del Hospital público Puerta de Hierro. Tras la operación, Don Juan Carlos tiene que permanecer ingresado un mínimo de 10 días.