Los trucos de la abuela para eliminar el óxido de forma eficaz en cualquier superficie funcionan

  • Eliminar el óxido es difícil, pero no imposible: existen numerosos productos diseñados para ello, así como remedios naturales

El óxido es la consecuencia natural de la exposición de ciertos materiales al aire y a la humedad, aunque existen productos de mantenimiento para metales que permiten eliminar los primeros signos de deterioro, así como pinturas, barnices, etc. que protegen la superficie e impiden que la corrosión del material avance. La mejor receta posible contra el óxido es la prevención, y ello pasa por dedicar cierto tiempo a cuidar la superficies vulnerables, especialmente si se encuentran en el exterior. Con todo, si ya es demasiado tarde y necesitas quitar óxido de algún objeto, te enseñamos algunos trucos para limpiar el óxido y hacer que esta ‘limpieza’ dure lo máximo posible. Limpiar la casa con pequeños trucos es posible.

¿Cómo se quita el óxido?

Lo más habitual es que el óxido aparezca en superficies de metal, tanto exteriores como interiores. Por ejemplo, en electrodomésticos, en el fregadero... Incluso en elementos de acero inoxidable, ya que este material es muy resistente al óxido, pero no lo es al cien por cien. En el exterior, cualquier objeto de metal se expone a sufrir las consecuencias del óxido, siendo casi inevitable que ello ocurra, por lo que la observación y mantenimiento tendrán que ser más frecuentes. Una exposición excesiva a la humedad puede provocar que aparezcan las primeras manchas, y ese es el momento de actuar: cuando antes eliminemos el problema, más retrasaremos el deterioro de cualquier elemento de nuestro hogar.

Para ello, existen remedios caseros, como usar una mezcla de sal y limón y cubrir con ella las partes afectadas, dejándola actuar durante una hora. Luego, basta con frotar la superficie con un cepillo de cerdas metálicas (es necesario para arrastrar eficazmente las partículas de óxido) y aclarar con agua, secando la zona después. Lo mismo se aplica a la mezcla de bicarbonato y limón, solución que debe dejarse actuar sobre la mancha para frotar luego con papel de lija o similar. De hecho, a veces basta con frotar directamente con un papel de lija adecuado o un cepillo metálico. Otro remedio casero es el vinagre para limpieza, que podemos utilizar como ‘baño’ para objetos pequeños atacados por el óxido.

Estos métodos pueden no ser suficientes si el óxido ha avanzado más de lo que desearíamos. Si es así, toca recurrir a productos químicos. Podrás encontrar una gran variedad en tu ferretería, en función de la superficie, la intensidad de la mancha... Déjate asesorar y, en la medida en que la superficie lo permita, no olvides sellar la mancha usando un producto (pintura, por ejemplo) que se ‘coma’ el óxido que pueda surgir y que evite que la humedad penetre en el material. Probablemente necesites lijar la superficie o frotarla con un cepillo de metal antes de aplicar ningún producto, así como usar productos decapantes que limpien en profundidad la mancha de óxido.

¿Qué ocurre cuando las manchas aparecen en nuestra ropa? ¿Cómo quitar el óxido de un tejido? Estas manchas son relativamente frecuentes y se producen cuando una prenda mojada entra en contacto con un metal. La realidad es que son manchas muy difíciles de eliminar y no suele bastar un lavado normal para deshacerse de ellas. En este caso, los remedios caseros que usamos para eliminar el óxido de la propia superficie metálica sirven también en la ropa. Puedes aplicar una mezcla de bicarbonato y limón en la mancha y dejar la prenda al sol durante un par de horas, o bien utilizar un quitamanchas especializado en manchas de óxido.

Lo mejor, en cualquier caso, es prevenir: utiliza barnices, pinturas o lacas anticorrosivas e invierte en una buenas marcas para que la protección sea realmente eficaz (y para que puedas espaciar los periodos de mantenimiento). Revisa puntualmente las zonas vulnerables y ten a mano papel de lija o cepillo de metal para ir controlando cualquier mancha que pueda aparecer.