¡Vuelta al cole! Materiales y planificación para preparar una clase de apoyo escolar

  • Las clases particulares o de apoyo escolar son necesarias para muchos alumnos y pueden marcar un antes y un después en sus resultados académicos

  • Es importante identificar el motivo de las dificultades: falta de motivación, problemas d aprendizaje, entorno educativo o familiar deficiente...

  • La creatividad, la personalización, el juego, el material alternativo... son claves para lograr clases exitosas

En tiempos marcados por la pandemia, las clases virtuales y el agotamiento general que sufren miles de estudiantes se han convertido en detonante para nuevos casos de fracaso escolar o de necesidad de clases de apoyo. Aunque no son nada nuevo, las clases particulares son un complemento por el que muchas personas optan para reforzar aquellas áreas en las que más difícil les resulta desenvolverse. En otros casos ocurre justo lo contrario: el objetivo del alumno es indagar en las materias que mejor se le dan, precisamente para sacarles el máximo partido y profundizar en ellas. Si estás pensando en impartir clases particulares, estos son algunos consejos sobre cómo preparar una clase de apoyo escolar para que sea exitosa.

Cómo preparar una clase de apoyo escolar

Las clases de apoyo escolar suelen centrarse en aquellos alumnos que tienen dificultades para comprender determinadas áreas. A veces no se trata tanto de una dificultad real como de falta de conexión entre el profesor y el alumno, o bien de una forma de aproximarse a este área que no funciona con quien la recibe. Sea cual sea el motivo, lo primero que debemos comprender es que, si hacemos lo mismo, difícilmente conseguiremos un resultado distinto. Por eso suele recomendarse optar por material didáctico alternativo y más entretenido, tal y como recomiendan desde el portal Tusclasesparticulares.com.

Así, el primer paso sería identificar a qué circunstancias nos enfrentamos: falta de motivación, problemas de aprendizaje, problemas de visión o de audición, contexto social y familiar precario, entorno educativo deficiente... ya que de ello dependerá la forma de aproximarnos al alumno. Por otro lado, es necesario marcar objetivos con el alumno: se trata de definir cuál es la meta a la que llegar y trabajar de forma ordenada para llegar a ella.

En este sentido, parte de tu trabajo consistirá en diseñar el camino y en ir evaluando resultados, ajustando el plan cuando sea necesario. Además, es importante dotarse de las herramientas adecuadas, tal y como recomienda la web Superprof: entre ellas, rodéate de recursos educativos ajenos o diseñados por ti que puedan servirte con tus alumnos. Algunos ejemplos son libros de texto alternativos (existen modelos pensados específicamente para impartir clases de apoyo o clases particulares), fuentes de información diversidad (textos, artículos, películas, vídeos...), juegos didácticos y actividades interactivas... También puedes hacer uso de herramientas digitales e informáticas si éstas hacen que la labor del alumno sea más sencilla.

En general, cuanto más personalizada sea la clase, más fácil se lo pondremos al estudiante, aunque está claro que debe haber interés y esfuerzo por su parte: marca tareas realistas y mantén un canal de comunicación abierto para resolver dudas antes de la siguiente clase. Por ejemplo, puedes comunicarte vía WhatsApp o similar, e incluso reforzar las clases presenciales con videoconferencias puntuales para resolver dudas que puedan suplir la presencia física.

Tampoco dudes en hacer uso de aulas virtuales: las hay gratuitas, y en ellas puedes añadir contenido, realizar exámenes y test, compartir mensajes con tus alumnos... También podrás marcar un calendario claro con retos y objetivos, de forma que no quede escapatoria posible para tus estudiantes.