Consejos para mejorar la ventilación de tu hogar

  • Airear tu casa frecuentemente es un paso clave para cuidar tu salud y mantener un ambiente sano

Mantener tu casa ventilada es una costumbre maravillosa, aunque una cosa es airear y otra muy distinta mantener tu vivienda abierta de par en par durante todo el día y dejar entrar todo tipo de suciedad y polución en el proceso. Sobre todo si vives en una ciudad, a veces basta con airear durante un rato cada día para conseguir el efecto que necesitas: renovar el aire, refrescar estancias, eliminar olores y crear ese ambiente de buena energía que tanto se hace notar cuando tu casa respira en sintonía con lo que la rodea. Toma nota de estos consejos para mejorar la ventilación de tu hogar.

Consejos para mejorar la ventilación de tu hogar

No importa si hace frío o calor en el exterior: airear tu casa es necesario y debes hacerlo cada día para que el aire que respiras se renueve y deje de estar “cargado". Las ventajas de introducir este gesto en tu día a día son muchas: descansarás mejor; liberarás sustancias nocivas y tóxicas (no olvides que ciertos aparatos, textiles, pinturas, barnices... liberan sustancias perjudiciales); reducirás la probabilidad de contraer resfriados, gripes y alergias; expulsarás el dióxido de carbono acumulado y oxigenarás el aire; regularás la humedad (y evitarás la aparición de moho); reducirás la cantidad de polvo y dejarás pasar libremente la luz solar, tan beneficiosa para nuestra salud y para la limpieza y desinfección de tu casa.

En cuanto a cuál es el mejor momento para ventilar, normalmente se suele tener en cuenta el clima y la temperatura de cada momento: si es invierno y hace frío, lo mejor es ventilar en las horas de calor para que la vivienda no pierda demasiada temperatura. Si es verano y hace calor, lo mejor será ventilar al atardecer o por la noche, o bien a primera hora de la mañana. Otro factor a tener en cuenta es la contaminación: si vives en una zona con tráfico o en la que se generan emisiones que prefieres evitar, será mejor elegir una hora de escasa o nula actividad para evitar en la medida de lo posible la entrada de sustancias nocivas.

Normalmente basta con unos 10 minutos al día para ventilar bien una estancia, aunque si las condiciones de tu zona te permiten hacerlo durante más tiempo (temperatura agradable, escasa contaminación...), puedes mantener tu casa todo lo abierta que quieras durante más tiempo. Además, lógicamente, cuantos más usuarios utilicen la vivienda y cuanto más tiempo se pase en ella (o en una estancia determinada), más cargado estará el ambiente en ella. Normalmente todos somos capaces de percibir cuándo es necesario airear una habitación. Por ejemplo, nada más levantarnos, después de cocinar o de ducharnos...

Además, ten en cuenta que, de cara a proteger tu salud, es más beneficioso que la diferencia de temperatura entre interior y exterior no sea excesiva. Por ejemplo, en invierno es preferible ir un poco abrigado en casa que poner la calefacción al máximo e ir en manga corta. Del mismo modo, es mejor ir muy fresco en casa durante en verano y acudir a remedios caseros para refrescar tu hogar en lugar de abusar del aire acondicionado. El uso de textiles más o menos frescos (cortinas, alfombras, cojines, cortinas...) puede ser de gran utilidad a la hora de regular de forma natural la temperatura de cada estancia, y también te permitirá ‘filtrar’ el aire que entra en tu hogar.

Otra manera de mantener el ambiente de tu casa lo más limpio posible consiste en evitar generar residuos. Por ejemplo, puedes quitarte los zapatos al entrar en casa para evitar depositar en todas partes la suciedad que traes de la calle. También debes mantener tus textiles bien aireados y limpios, libres de polvo y ácaros, y limpiar frecuentemente tu hogar (es preferible aspirar o usar limpieza al vapor para acabar con el polvo de forma eficaz). Contar con plantas en casa es otra manera de purificar el aire de forma natural y regular al mismo tiempo el nivel de humedad.

Otro gesto que ayudará es la reducción del uso de electrodomésticos, ya que éstos cargan el ambiente. Procura también elegir pinturas y barnices no tóxicos, ya que, de lo contrario, este tipo de material generará sustancias que, lo notes o no, estarás inhalando cada día, perjudicando con ello tu salud. Mantener tu hogar ordenado y evitar la presencia de objetos pequeños o poco útiles que dificulten la limpieza también resulta de gran ayuda: no solo evitarás la acumulación de polvo, sino que mejorarás la sensación de paz en esa estancia. En la medida de lo posible, mantén tus cosas almacenadas de forma que no acumulen suciedad y opta por un ambiente en el que predominen las superficies despejadas.