Llantos, mentiras... así declaró Ana Julia ante el juez cómo acabó con la vida de Gabriel

Malena Guerra 05/11/2018 13:54

Es la primera vez que escuchamos y vemos a Ana Julia ante el juez... y se la ha visto esposada, cabizbaja, nerviosa. En su macabro relato, la asesina confesa de Gabriel sempieza llorosa la declración.

"Si está usted sollozando quizá no se le entienda bien", le dice el juez. Y ella, muy suave contesta: "Perdone, no lo puedo evitar". Tras ello le dan agua y ella comienza a relatar cómo conoció al padre de Gabriel y cómo era su relación con el niño. Reconoce que nunca ha tenido discusiones con el crío y que solo una vez le dijo que deseaba que no volviera de su país, pero no lo tomaron en serio y pensaron que eran cosas de un niño de ocho años.

Después de varias preguntas de contextualización, Ana Julia explicó su versión del crimen:

"Gabriel nos dice: 'me voy a jugar con los amigos, los primos'. La abuela le dice que espere porque aún no habrán terminado de comer", inicia. Ana Julia se acuerda de todo. ¿Por qué estaba tan segura de que eran las 3.35? "Porque tenía mi teléfono al lado". "Veo a Gabriel ahí con un palito"... llora. "Perdóneme, perdóneme...", dice al juez, disculpándose. Tras ello, prosigue: "Le digo, venga súbete al coche y vente conmigo a Rodalquilar que voy a pintar y ahora te traigo". El juez insiste: "¿El niño se montó voluntariamente porque usted le dijo eso, no?". -"Claro", espeta ella. En los momentos clave de la declaración no llora. Sabe bien lo que tiene que decir.

Ana Julia cuenta que ya en la finca sorprende a Gabriel con un hacha. "Digo, Gabriel dame el hacha que te vas a hacer daño, y me dice: "No, no te la doy que siempre me estás mandando y no quiero que me mandes. Eres fea. Yo quiero que mi padre se case con mi madre y te deje a ti. No te quiero". Entonces Ana Julia dice que asfixió a Gabriel: "Yo le puse la mano para que dejara de decir esas cosas y de chillar", afirma.

-"¿Con esa mano le puso en la boca y en la nariz?", pregunta el juez.

-"Sí, le tapé todo".

-"Su intención, ¿Cuál era?"

-"Que dejara de decir esas cosas". "Cuando le quité la mano, el niño ya no respiraba", relata Ana Julia.

Al juez le dijo que no le había golpeado, ni en la cabeza ni en la mano a pesar de que la autopsia refleja un golpe en la cabeza y un hachazo en la mano. Mintió, y a pesar de lloriquear, defendió su versión de homicidio para evitar la acusación de asesinato y la prisión permanente revisable que le piden las acusaciones.