Sin agua, sin alimento y al sol: dos detenidos por la muerte de cuatro perros en una residencia canina en Madrid

  • La Guardia Civil arresta a dos personas en la residencia canina madrileña de El Álamo

  • Una tercera persona está siendo investigada por su posible implicación

  • Los perros estaban sin agua ni alimentos en plena ola de calor

Rulas, Torre, Maya y Cleo murieron tras días sin comer. Una pesadilla para sus dueños a los que engañaron. "Parecía que les habíamos dejado a los pobres en el corredor de la muerte". Sin querer fue donde les llevaron a una residencia canina que no era tal llamada El Alamo. La Guardia Civil ha detenido a dos personas por la muerte de cuatro perros y el maltrato a otros cinco. También investigan a un tercer individuo por su posible implicación en el caso.

La investigación comenzó a raíz de una denuncia relativa a la desaparición de un perro y a la muerte de otros dos en extrañas condiciones en una supuesta residencia canina. En una inspección a la dicha residencia, los agentes constataron el estado de semiabandono en el que se encontraban los animales, que no tenían ni agua ni alimento pese a la ola de calor. Además, la Guardia Civil encontró dos perros muertos y cinco en estado grave de deshidratación.

En este sentido, la Guardia Civil ha trasladado a los perros recuperados a un centro de la Comunidad de Madrid para ser atendidos y sometidos a diferentes tratamientos y ser devueltos a sus propietarios.

En relación a las licencias, la Guardia Civil ha detectado que el centro de protección animal de la localidad era utilizado de forma ilegal para su uso como residencia canina, sin tener ninguna autorización ni control municipal.

Los dueños de los animales no veían las instalaciones

A los individuos también se les imputa un delito de estafa dado que en el avance de la investigación, la Guardia Civil conoció que uno de los detenidos exigía los pagos de los clientes vía 'bizum', abonando tarifas diarias por el cuidado de sus animales que oscilaban entre los siete y 15 euros.

El hombre que gestionaba la residencia siempre operaba de la misma manera. Ofrecía el alojamiento canino vía internet y telefónica. Luego, se trasladaba hasta los domicilios de los animales para recogerlos, evitando así que los dueños fueran conocedores de las circunstancias e instalaciones en las que dejaban a sus mascotas.