La policía de Arnold, Missouri, acudió al lugar, una empresa de alquiler de vehículos, cuando la encargada les avisó de que dos empleados habían tenido que ser trasladados a un hospital por un posible envenenamiento del agua, según recoge Daily Mail.
Una vez personados en el local, la encargada expresó a los agentes que un trabajador había estado actuando de manera extraña toda la mañana de los hechos. En concreto, aseguró ver al sospechoso echando algo con un gotero a una jarra de agua, de la que no bebió, y a dos botellas de sendos compañeros.
A continuación, después de varios tragos, los dos empleados comenzaron a sentirse mareados. Ante la extraña situación fueron trasladados a un hospital cercano donde se recuperaron y fue detectada la sustancia.
Por su parte, el arrestado, que confesó a los agentes haberlo hecho porque "estaban demasiado tensos", se enfrenta a los delitos de asalto en segundo grado y posesión ilegal de sustancias estupefacientes.