Fiesta sin control en la prisión de Monterroso, en Lugo: "¡Pastillas caras, esto es un cóctel de los buenos, papá!"

  • Instituciones Penitenciarias investiga los hechos y ha expedientado a siete presos

  • Los presos mezclaron pastillas con bebidas energéticas y lo grabaron con los móviles que tenían

  • Los reclusos se jactaban de que no había vigilancia: "Por aquí no hay ni Dios"

“¡Pastillas caras! ¡Yo de esto a tope!” “Esto es un cóctel de los buenos, papá. Esto es para que la gente la goce”. Son las palabras de un grupo de presos mientras se grababan en una ‘fiesta clandestina’ en la cárcel de Monterroso, en Lugo.

Concretamente, cinco de ellos mezclaron las pastillas prescritas por el médico con una bebida energética en el interior del módulo de ocio de la prisión. Se lo pasaron entre ellos mientras miraban a cámara haciendo gestos del supuesto subidón.

“Así se mueren los chavales en la cárcel”, llegó a decir alguno, mientras otro sacaba la lengua enseñando las pastillas.

En otro módulo, mientras, 10 presos más se tatuaban “para pasar el tiempo”. Utilizaban para ello piezas de transistores afiladas, mientras contaban que nadie los vigilaba:

Mira, por aquí no hay ni Dios”, decía uno en las imágenes grabadas.

El director de la cárcel, no obstante, le quita hierro al asunto y habla de chiquillada sin importancia, pero la pregunta es inevitable: ¿Por qué tenían móviles y elementos afilados en sus manos? Y más allá: ¿Dónde estaban los funcionarios?

Instituciones Penitenciarias expedienta a siete presos

Tras lo sucedido, Instituciones Penitenciarias ha abierto una investigación que ha llevado ya a expedientar a siete reclusos tras contactar con el centro penitenciario para aclarar cómo pudieron grabarse estos vídeos, que han sido difundidos por redes sociales en los últimos días y se han captado con sus teléfonos.

Además, investigan la actuación de los funcionarios después del relato de los propios presos:

"Dos módulos, uno con diez tíos y otro con otros diez, dos guardias, más la de la noche, cobrando mil y pico pavos, trabajan 48 horas seguidas y luego descansan el resto de la semana", llegó a comentar un recluso.

A todos los involucrados a los que se les ha abierto expediente disciplinario, informan fuentes de Instituciones Penitenciarias citadas por Europa Press, ya se les han incautado los objetos prohibidos.