De guardia civil a sacerdote: Un cambio radical a petición divina

  • Dio el paso cuando era teniente de Guardia Civil

  • Ahora da apoyo emocional a jóvenes y enfermos

El camino divino es enrevesado en muchas ocasiones, ya que la llamada llega cuando uno menos lo espera. Este es el caso del teniente de Guardia Civil, Pablo Lucena, quien solicitó en 2002 una excedencia para entregar su cuerpo y alma a Dios. "Me pidió un cambio de planes: que fuera sacerdote ministerial", explica a Europa Press.

Y es que Lucena, presbítero del Opus Dei y natura de Baena (Córdoba), sintió el toque divino cuando ejerció como teniente, por lo que tomó la determinación de reconducir su vida contactando con el monseñor Javier Echevarría, prelado del Opus Dei. A él le transmitió su deseo por entregarse por completo a la vida eclesiástica. "Fui ordenado sacerdote el 1 de septiembre de 2002 en Torreciudad", asevera.

Ahora ejerce sus funciones en la iglesia de San Juan del Hospital de Valencia, donde da apoyo emocional a jóvenes y enfermos. Lo que más le gusta de su actual ocupación es dar misa, aunque reconoce que la confesión es gratificante al "estar cara a cara con las profundidades de la otra persona".

Lucha contra el terrorismo y narcotráfico

Durante sus años de servicio en la Guardia Civil, el ahora sacerdote estuvo destinado primero en País Vasco, en los cuarteles de Murguía y LLodio. Posteriormente pasó por Álava y Algeciras, lugares en los que, según su testimonio, pudo "conocer de primera mano las miserias del terrorismo y del narcotráfico".