Los trabajadores de la fábrica de Alcoa en San Cibrao inician una huelga indefinida

  • Más de un millar de trabajadores están llamados a la huelga

  • Hay un proceso para despedir a 534 empleados

El más de un millar de trabajadores de fábrica de San Cibrao, en el municipio lucense de Cervo, de la multinacional Alcoa, han sido llamados a una huelga indefinida para protestar contra el proceso de despido colectivo que afectaría a 534 empleados de la planta de aluminio primario. La mañana del domingo, se han concentrado en la puerta de la fábrica para impedir que salga aluminio y evitar la entrada de productos que paralicen la producción. Los afectados endurecen así sus acciones por la decisión de la empresa de no aceptar las ofertas recibidas para vender la factoría. La empresa ha decidido la aplicación de un ERE a toda la plantilla.

La asamblea de trabajadores del complejo industrial han decidido convocar la huelga tras varios días de bloqueo de los accesos a la planta por parte de la plantilla, en protesta por la postura de la dirección de Alcoa, que no aceptó ni las ofertas de GFG Alliance ni de la SEPI para vender la factoría.

La convocatoria se inició a las 06:00 horas de la madrugada del domingo y establece unos servicios mínimos con el fin de que no haya una "parada de cubas que no sean de emergencia" y "solo se fabricará placa de gran tamaño sin alear", informa el comité de empresa.

Un total de 1100 trabajadores

La fábrica de San Cibrao, propiedad de Alcoa, emplea a unos 1 100 trabajadores, de los cuales medio millar trabajan en la producción de alúmina y 610 en la de producción de aluminio primario.

Alcoa planteó meses atrás su intención de despedir a 534 trabajadores de la planta de aluminio primario mediante un ERE, a lo que se oponen los empleados por considerar que tiene viabilidad económica.

La dirección de la multinacional estadounidense planteó entonces aplicar una suspensión temporal de contratos o ERTE, cuyas negociaciones han concluido sin acuerdo.

La dirección de Alcoa se encuentra ahora bajo presión de los trabajadores en huelga, además de las reclamaciones de algunos partidos políticos, sindicatos y organizaciones ecologistas que piden la intervención del Gobierno y la devolución de las subvenciones acordadas o la venta a otro grupo industrial.