Cuando San Antonio Abad sale a la calle, en Trigueros tiran la casa por la ventana. O casi, porque de los balcones llueven alimentos. Es el homenaje a un santo muy generoso que, según dicen, regaló todos sus bienes a los pobres antes de retirarse al desierto a orar.
En casa de Ignacio, se han gastado más de 2.000 euros en la tirada de este año. Un sinfín de alimentos entre los que no pueden faltar las salchichas, el bacalao o el chorizo. Sus nietos, serán los encargados de desatar la locura, que vive su punto más álgido cuando aparecen los jamones.
El santo recorre el municipio durante más de 36 horas pasando, una a una, por todas las casas de los vecinos. 22 tiradas y cientos de jamones y paletillas que caen del cielo por San Antonio.