Una joven británica culpa a los hoteles de la muerte de su novio, víctima del 'balconing'

  • Según ella, el motivo es que los balcones son demasiado bajos

Uno de los accidentes más habituales todos los veranos es lo que se denomina 'balconing', con turistas extranjeros que, después de beber en exceso, acaban gravemente heridos o fallecidos tras precipitarse en sus hoteles desde una gran altura. Las víctimas suelen ser en su mayoría británicos o alemanes, por lo que las autoridades de ambos países han hecho llamamientos para que los jóvenes sean conscientes de la peligrosidad de esta práctica tan inútil.

Sin embargo, ello no parece disuadir a los más atrevidos e inconscientes. Un joven británico llamado Freddie se ha convertido en una de las últimas víctimas mortales. Falleció el mes pasado mientras pasaba unos días en la localidad mallorquina de Magaluf, uno de los puntos negros de esta actividad. Su novia, Mia Smith, ha querido hacer un llamamiento en Twitter acerca de los peligros del 'balconing'. Ahora bien, la joven echa la culpa de la muerte de su pareja a la poca altura de los balcones de los hoteles, y no al hecho de que el joven probablemente abusara de alguna sustancia y decidiera poner en riesgo su vida.

"Freddie no será el primero y probablemente no será el último que muera tras caer por un balcón en el extranjero. Esto pasa mucho alrededor del mundo, pero parece que la mayoría de incidentes suceden en España y en las islas españolas. En España, la altura legal de los balcones es de 1,09 metros, que supone aproximadamente una altura a la cintura para la mayoría y una medida que llama a los accidentes", señala Smith.

Hay que explicar que las barandillas de los balcones deben tener una altura mínima de seguridad, que habitualmente se apunta en las normas de habitabilidad y diseño de las comunidades autónomas. Las normas tecnológicas de la edificación establecen que la altura no podrá ser menor a 100 centímetros para alturas de caída inferiores a 25 metros y no podrá ser menor a 1,10 metros para altura de caídas superiores.

Las barandillas tampoco deben incorporar elementos de vidrio o cristal y los barrotes de puertas, ventanas y balcones deben estar bastante próximos entre sí para evitar que los niños introduzcan el cuerpo entre ellos. La distancia de separación de los mismos no puede superar los 12 centímetros.

La joven admite que Freddie había bebido y, a pesar de no haber estado presente en el momento del accidente, asegura que saltar de la terraza no habría tenido nada que ver, siendo una simple "caída".