El joven de Sydney (Australia), ha pasado los últimos años recaudando fondos para los musulmanes desfavorecidos de todo el mundo, a la vez que luchaba contra su enfermedad terminal.
Ali Banat había vivido una vida a "todo tren", rodeado de todo tipo de lujos, pero cuando se le fue diagnosticada la enfermedad entendió que estaba persiguiendo los objetivos equivocados, y cambió su forma de vida.
De hecho, el joven llegó a definir su enfermedad como "un regalo". Al recibir su diagnóstico, Banat vendió inmediatamente su negocio y viajó a Togo, (África). Benat rápidamente decidió usar su dinero para construir una Masjid (un lugar de culto religioso), así como una escuela para niños locales.
El joven creó el proyecto, Musulmanes Alrededor del Mundo (MATW) que propone una nueva aldea para albergar a 200 viudas y que creará un mini centro médico y una serie de negocios destinados a apoyar a la comunidad local.
Todos los fondos se repartirán en tres proyectos, todos ellos destinados a crear soluciones sostenibles para el empobrecimiento, según recoge The Independent.