El Chicle, acorralado por los testigos

  • Ha quedado acreditado que la versión que dio el Chicle no puede ser veraz

  • El trayecto que ha indicado no pasa por la calle de las caravanas de los feriantes

  • El testimonio que más daño le hizo es sin duda el de su amigo de salidas nocturnas

En la sesión de hoy ha quedado acreditado que la versión que dio el Chicle no puede ser veraz. Dijo que estaba robando combustible y Diana le sorprendió, que se abalanzó sobre ella para que no gritará y apretó demasiado. Pero las amigas que la vieron marcharse, han explicado que el camino que cogió Diana era otro, y que nunca anduvo por la calle donde estaban los feriantes aparcados.

Nerea, amiga de Diana, ha contado que estaban con unos chicos y Diana le dijo que tenía poca batería y se marchaba a casa. Llevaba el jersey de Nerea porque tenía frío, y la cazadora vaquera que había llevado Diana se la quedó Nerea al marcharse a casa la joven madrileña. Diana llevaba una blusa y un pantalón corto blanco y zapatillas negras, ha explicado. La vio andando y cuando dejó el parque, vio que seguía recto por el paseo pegado a la playa. El trayecto que ha indicado no pasa por la calle de las caravanas de los feriantes.

Irene, otra joven que se iba a casa vio a Diana a la altura de la pizzería del paseo, y siguió detrás de ella hasta que se desvió. El último punto que ha marcado es cuando empiezan las naves pegadas a la carretera, es decir que vio a Diana enfilar la subida a su casa, cuando se hace más oscuro y complicado. Nada tiene que ver ese lugar con la calle de las caravanas. Además los feriantes han coincidido en decir que no escucharon nada a pesar de que estaban durmiendo en sus furgonetas. A ninguno le faltó combustible, todos han sido claros, y es improbable que el ataque se produjera en esa calle porque estaba cortada por la policía; el Chicle nunca habría podido entrar con su vehículo, como dijo en una reconstrucción.

Estos testimonios comprometen la versión de la defensa que intenta justificar el crimen con un relato de hechos muy distinto a lo que los testigos declaran y la investigación certificó. También ha declarado hoy Jorge, el amigo de Madrid con el que Diana chateó por última vez. El mensaje que le envió Diana ya los conocemos, “Un gitano me ha llamado y me estoy acojonado”. “¿Qué te ha dicho?” Preguntó. “Morena ven aquí”. Diana ya no respondió ningún WhatsApp. Había sido raptada.

Juan Carlos Quer hoy se sentía satisfecho porque se está desmontando la versión del homicidio que el Chicle mantiene desde que declaró tras la apertura del sumario, y conoció que no había pruebas físicas de la presunta violación. La sesión del miércoles con los familiares de José Enrique Abuín también supuso un revés para la tesis de la defensa.

La declaración de la hermana gemela de Rosario, su exmujer, no dejó ninguna duda de las similitudes del ataque que sufrió cuando la cogió por la mañana por la fuerza de la parada del autobús que la tenía que llevar al colegio. Se la llevó a punta de cuchillo, a una casa abandonada y después de violarla, le amenazó. Las pruebas físicas, hace 15 años con protocolos distintos, impidieron probar violación porque no hallaron violencia. Pero Vanesa denunció convencida y ha vivido durante años con su marca y su angustia, con secuelas físicas que todavía tiene. El entorno familiar provocó que la denuncia no prosperara porque Abuín era el marido de la hermana, y porque era muy joven la víctima. Entre todos, lo “taparon” y Vanesa incluso se vio obligada a recuperar el contacto con el Chicle al cabo de los años. Ayer confesó que lo hizo por su sobrina. Ahora la causa está reabierta y en este juicio no se pueden enjuiciar los hechos pero sí hablar de ello. La acusación lo utiliza para demostrar el perfil de depredador sexual del Chicle y su modus operandi, aunque la abogada de la defensa ha intentado cuestionar la veracidad de la violación, utilizando una llamada de teléfono que se hicieron las otras hermanas en la que le decían a Rosario que la denuncia era mentira. Años después ninguna de las hermanas pone en duda que Vanesa fue violada, tampoco la exmujer del Chicle.

El testimonio que más daño le hizo es sin duda el de su amigo de salidas nocturnas. Explicó que llevaba garrafas para robar gasolina como treta para mentir a su mujer. En realidad explicó que nunca robaba, pero sí iban a burdeles, institutos y discotecas a buscar morenas de pelo largo y delgadas, las que le gustan dijo, como era Rosario y Vanesa. Como era Diana. Este amigo contó algo muy siniestro y es que meses antes del crimen de Diana le llevó a la nave y le dijo si quería ver un pozo. Abrieron la tapa del pozo con la herramienta que Abuín llevaba en el coche y un cable, como dice que la abrió con Diana. Eso demuestra que el día que atacó a Diana y llevó el cuerpo a la nave de Asados, no improvisó. De hecho llevaba bridas y cinta aislante, lo dijo también su exmujer, “siempre llevaba, no sé para qué, para trabajar”. Las mismas bridas y cinta que se encontraron en el cuerpo de la joven y en el fondo del pozo donde estuvo sumergido un año y medio. 500 días en los que el Chicle estuvo protegido con coartadas de su entonces mujer y sus cuñados, que ya no le creen.

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