Lucas, el pequeño agente de Policía Nacional a punto de superar la leucemia

  • El pequeño Lucas, de cinco años, sueña con ser algún día policía

  • Le diagnosticaron leucemia tras acudir a Urgencias porque estaba cansado

  • Desde el diagnóstico, ha recibido muchas visitas de la Policía Nacional y otros cuerpos

La habitación del pequeño Lucas es una auténtica comisaría. Como buen agente, siempre tiene el uniforme planchado, la gorra a mano, como no unas esposas y muy importante, la pistola, “se vuelve adicto a la Policía. Estas todo el día escuchando a hermano hablar de la Policía”, nos dice Lucía Tardío, hermana de Lucas. “Le gustan todos, es ver un coche de la Policía Nacional y no se hija mía, se vuelve loco”, apunta su madre, Maite Casanova.

Llegar a serlo es el sueño de un niño de cinco años, que lleva dos patrullando pasillos de hospital y esquivando con un campeón a la leucemia, “todo empezó una tarde que llego del colegio y estaba muy cansadito, se fue al parque y decidimos llevarlo a Urgencias. Cuando llegue me dio la noticia de lo que le habían dicho los médicos, que era leucemia. Siempre ha tenido claro que se iba a curar. Él era el que siempre nos decía que no nos preocupábamos, sobre todo a su hermana”, son las palabras de su orgulloso padre, Miguel Tardío.

Su madre apostilla que “todo lo que ha vivido cuando ha estado malito ha recibido muchas visitas, no solo de Policía Nacional, si no prácticamente de todos los cuerpos”.

Y podemos verlo con solo echar un vistazo en su dormitorio, donde encontramos camisetas de la Guardia Civil con su nombre, batas de sanitarios con decenas de dedicatorias y los gorros regalados por conductores de ambulancias y bomberos.

Ahora en la mente de su familia hay una fecha grabada a fuego, “el 21 de febrero”, día en el que el pequeño agente podrá enfundarse el traje, y subirse en su coche empezar para vigilar las calles.