Las manchas rojas en la yema de un huevo: el motivo por el que no hay que desecharlo

  • Las 'manchas de sangre' se producen por descamación del tejido del oviducto

  • No afectan a la calidad del producto, que se puede consumir sin problema

En ocasiones, al cascar un huevo nos encontramos con unas manchitas de color rojizo que pueden preocuparnos, por si la gallina estaba enferma. Pues bien, estas motas son conocidas como 'manchas de sangre' y no suponen ningún tipo de riesgo para la salud. Se trata de una incidencia fisiológica natural que no refleja ningún problema en las aves, aunque suelen ser más habituales en las gallinas marrones.

Se producen como consecuencia de la descamación del tejido del oviducto, por la presencia de partículas de calcio o por oxidación de pequeñas gotas de sangre. A pesar de que cada vez es menos probable encontrarse un huevo con este tipo de defectos gracias a los avances en la selección de huevos, todavía es posible dar con uno de ellos.

Según indica la Food and Drugs Administration (FDA), las motas de sangre no afectan a la calidad del producto. Por lo tanto, y a pesar de que nos hayamos encontrado con este tipo de manchitas en alguna ocasión, podremos consumir el huevo en cuestión sin ningún problema puesto que no suponen ningún problema para nuestra salud. Tan solo son manchas provocadas por la rotura de un capilar sanguíneo, por lo que no implica peligro alguna para el consumo humano.

Por otro lado, la FDA advierte que en el caso de que en lugar de un rastro puntual se detectara una mancha de la clara rosada y extensa, o incluso iridiscente, el huevo deberá ser desechado, pues dicha coloración indica una infección de este por la bacteria Pseudomonas sp, que puede provocar importantes intoxicaciones.

Asimismo, también aclara que las manchas de nubes blancas y densas en la albúmina -clara-, al contrario de lo que se suele creer, no indican que el huevo está pasado sino que es muy fresco.

Cómo saber si un huevo está caducado

Existen bastantes formas de saber si un huevo está caducado o no. Antes de nada, corrobora que el huevo no está roto a la hora de comprarlo en tu establecimiento habitual y ten siempre en cuenta la fecha de caducidad. Es bastante recomendable no consumir huevos previamente rotos puesto que podrían haber incubado bacterias mediante las que podrías enfermar.

Una vez hecho esto, y después de que los huevos hayan llegado sanos y salvos a casa, pueden ser sumergirlos en un vaso de agua. Un truco rápido y sencillo que ayudará a determinar, en cuestión de segundos, si te puedes comer ese huevo que tienes entre las manos o no. En caso de que se hunda, y que este acabe en el fondo del mismo en posición horizontal, el huevo estará en perfecto estado y puede consumirse. Si por el contrario flota en la parte superior en posición vertical, recomendamos tirarlo a la basura.