Durante treinta días, una de las principales calles de Madrid, la Gran Vía, permanecerá cortada al tráfico, del 2 de diciembre al 8 de enero. La medida que ha tomado la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, ha generado mucha polémica entre conductores, comerciantes y peatones. La medida tiene como objetivo dar más espacio al viandante y estimular el comercio.