Este pasado fin de semana un joven de 20 años perdía la vida tras lanzarse por una cascada de Pedrosa de la Tobalina, en Burgos. Este paraje natural es el blanco perfecto para los adictos a la adrenalina, pero sus 12 metros de caída libre al agua y las rocas situadas alrededor hacen que la zona sea especialmente peligrosa. El Ayuntamiento quiere tomar medidas drásticas.
Algunos aseguran que nunca se lanzarían desde lo alto de la cascada, sin embargo, esta arriesgada práctica resulta de lo más habitual en la zona y con el aumento del turismo cada vez suma más adeptos. En 2017 ya se prohibieron los peligrosos saltos. Conscientes del riesgo de confiar en la gente, en el ayuntamiento quieren conseguir los permisos para declararlo zona vigilada de baño.