Multan a la cuidadora de un perro guía por pasear por la playa

  • El animal llevaba puesto el chaleco de identificación

  • Estaba en periodo de socialización para trabajar con niños autistas

Isabel Llorens es una entrenadora de perros guías para personas dependientes como niños autistas e invidentes. El verano pasado paseaba por la playa de Sancti Petri (Chiclana) con 'Verso', un cachorro labrador de un año al que estaba iniciando en el proceso de socialización que deben pasar todos los perros acompañantes.

"Ya había pasado en otras ocasiones, cuando iba con ella por playa, que acudía la policía local porque había recibido quejas de bañistas. Pero, al ver que el animal llevaba el chaleco amarillo, pedían disculpas y se iban", relata Isabel al 'Diario de Cádiz'. Los perros asistenciales son los únicos que están permitidos en zona de playa, siempre que acompañen a una persona impedida y que se acredite su condición.

Sin embargo, en esa ocasión todo sería diferente, a pesar de que la cuidadora y el perro acudieron a una hora de no demasiada afluencia: las nueve y media de la mañana. "El chaleco amarillo del perro no sirvió de nada: los agentes alegaron que podía ser falso. Cuando intenté llamar a la Fundación para que vieran que era de verdad, me dijeron que no se iban a poner al teléfono y amenazaron con detenerme, aplicando la ley 215, y con llevarse al perro a la perrera, si no abandonaba el lugar", cuenta la mujer.

Isabel terminó obedeciendo y presentando una denuncia por acoso y abuso de autoridad. "Pero quizá lo peor no fue el tema de la policía -señala-, sino de Diputación". "Cuál no sería mi sorpresa al ver que la Diputación Provincial acepta ahora la multa, a pesar de haber presentado alegaciones y demás. El tema no es pagar o no los 150 euros, sino establecer unos mínimos de concienciación y sensibilidad". agrega Isabel, que apunta que en la ONCE le han dicho que han tenido otras incidencias parecidas.

"Siento decir esto con todo mi alma, pero este comportamiento responde a esa creencia que hay de que, conforme más bajas al sur, más problemas hay con los perros en las playas. En el País Vasco, seguro que no pasaba. Lo que han conseguido es que ya nunca más vaya a pisar esa playa. Iré a Bolonia y Tarifa, y solucionado", concluye Isabel.