No les hacía falta desplazarse a las cuatro naves industriales de Granollers, Barcelona, en las que cultivaban marihuana. Para evitar poder ser detectados en los controles de movilidad del Estado de Alarma, habían implantado un complejo sistema de domótica, que les permitía manejar la plantación desde casa. Un teléfono móvil bastaba para que las plantas recibieran la luz y el abono que necesitan.
Pero no para controlar a la Guardia Civil, que irrumpía en esas naves, localizando nada menos que 5.893 ejemplares cultivados, domótica aparte, con la tecnología más avanzada. Una verdadera `industria ´que ha sido cerrada, con la detención añadida de sus cinco peculiares `trabajadorés´.
A más de mil kilómetros de distancia, en Jerez de la Frontera los agentes abren otra puerta de lo que consta como una explotación ganadera. Del ganado ni rastro. En su lugar, 4.200 plantas de marihuana en una instalación tan compleja que los agentes la califican como la más sofisticada que han visto hasta la fecha.
Han sido necesarios varios técnicos para despejar la enorme cantidad de sistemas eléctricos, diferenciales, equipos de aire acondicionado, sistemas de iluminación, extractores y humidificadores de la plantación. Y lo más sorprendente, cuatro sistemas de recogida automática de los cogollos, almacenados posteriormente en cestas de secado, y varias trituradoras para dejar el producto listo para el consumo.
Mientras tanto, en el exterior, se detenía a los diez vigilantes de la plantación, uno a uno alineados, antes de ser trasladados a dependencias policiales.
No han sido las únicas intervenciones en las últimas horas. Añádanle otras 2.075 en unos ilegales invernaderos de Huelva, 739 plantas en Las Palmas, 287 en Córdoba, 140 en Alicante, y hasta sesenta en un pueblo de la fría Ávila. En total más de 13.000 plantas y 25 detenidos. La `industria´ de la marihuana se expande, y cada vez se hace más sofisticada.