José y Vicky no quieren separarse del pozo en el que cayó su hijo Julen hace ya cuatro días. Los vecinos de Totalán les ayudan con comida, café y mucho ánimo, pero también los psicólogos están con ellos para ayudarles a canalizar las emociones.
La imagen de la pareja abrazada después de que José hablara ante los periodistas para dar las gracias a todos y dejar claro que lo único que siempre ha querido es que todo se agilice para encontrar a su hijo con vida rompe el alma. También la de ese José deambulando tras hablar con la Guardia Civil, como intentando encontrar su sitio en medio del dolor impresiona. Pasea constantemente para lograr calmar unos nervios que le mantienen, como él mismo confesaba ante la prensa, muerto en vida.
A media mañana la pareja pide novedades con el alma en vilo. Están en el puesto de mando donde son atendidos permanentemente por psicólogos que consideran que es positivo que mantengan la esperanza hasta el último momento. La imagen de ese triciclo esperando a su dueño se ha vuelto icónica, y en El Palo, el pueblo donde Julen es famoso por estar con la pelota y con su triciclo la desesperanza cunde.
Las noticias de hoy han sido malas. Primero fracasó el túnel horizontal y ahora la alternativa es hacer dos túneles verticales para intentar en el último momento encontrar a Julen. Y el mal tiempo acecha. Pero el tiempo pasa y lo que se pensó ayer que podía ser cuestión de horas ahora se han vuelto días. Y todo el mundo tiene fe en que dentro de la desgracia Julen esté en una zona en al que haya oxígeno suficiente. Los expertos dicen que un ser humano puede aguantar diez días. Y todas las redes sociales tienden su mano a Julen para que aguante. Se vuelca también el pueblo de Totalán, que siente como propio al pequeño Julen. Es lo único positivo en medio de la angustia de unos padres para los que cada segundo son ya una condena.