Así cazaron al pederasta de Ciudad Lineal

Malena Guerra / @malenaguerrat5 17/10/2016 15:57

El rompecabezas empezó a cuadrar. En ese momento tenían 3 sospechosos. Intentaron descartarlos pero a Ortiz fue imposible.

Es la técnica adecuada en policía judicial. Buscar coartadas a los sospechosos para no construir un camino equivocado. Así se fue cerrando el círculo entorno a Antonio Ortiz.

Tenía un coche como el descrito por su primera víctima del 2014, ( le acusan de otra agresión en 2013) y aunque lo vendió precipitadamente, tuvo acceso, a través de un amigo, al segundo coche descrito por la última niña agredida en agosto. Describió hasta el llavero, y todo coincidió. Este vehículo fue grabado por tres cámaras, cuando Ortiz, con su presa dentro, paró a comprar un bote de crema que casualmente se llevo en su huida a Santander. Eso le perdió. Su teléfono sonó en ese momento. La niña lo dijo. Y el móvil de Antonio Ortiz fue situado en todos los raptos, a pesar de haberlo apagado durante todas las agresiones excepto en la primera reconstruido paso a paso por el teléfono.

En abril había comenzado la investigación con los recuerdos de la niña española secuestrada en Ciudad Lineal. No pudieron identificar la vivienda que utilizó para agredirla, a pesar de llevar a la niña en el coche buscándola, y a pesar de que hizo un dibujo de sus recuerdos, casi exacto.

La pequeña explicó que tras el rapto en el parque, Ortiz paró el coche en la calle Montearagón, la casa de la madre del pederasta. Y la madre confesaría después que esa parada pudo ser para pedirla las llaves de la vivienda de Santa que estaba siendo reformada. Cuando llevaron a Ortiz a ese piso tras su detención, encontraron las pruebas de ADN y las huellas que confirmaron la violación de la pequeña. No hallaron las de su segunda víctima de origen chino, aunque Ortiz dejó sus restos biológicos en su cuerpo. Las pruebas genéticas confirman también la última agresión sexual.

Todas, aunque una dudó un poco con los nervios, identificaron a Antonio Ortiz en las ruedas de reconocimiento en el juzgado.

Todas estas pruebas se valorarán en sala. Las pequeñas no declararán porque se grabaron sus testimonios para evitar el recuerdo y que se enfrenten a su presunto agresor. Pero Antonio Ortiz sí declarará, al menos contestará preguntas de su abogado. Será la primera vez que lo escuchemos porque hasta ahora se ha negado siempre a declarar ante el juez y el fiscal.