Un salto con "goma" desde el puente colgante sobre la Ría de Bilbao acaba con chapuzón. La sesión de puenting acabó en el agua, pero nadie sufrió daños, porque todo estaba previsto. La imagen impresiona.
El hombre recibe la señal y salta decidido desde los 50 metros de altura de la pasarela sobre el Nervión, pero acaba impactando contra el agua. La empresa responsable de la atracción asegura que en ningún momento corrió peligro, porque todo estaba controlado.
Era la última sesión de saltos del año y quisieron darle un poco de emoción, aseguran. La cosa no fue más allá de mojarse un poco, pero el saltador no sufrió ningún daño, aunque el vídeo puede hacer creer que corría peligro.