Quince por introducir en España relojes falsos desde Marruecos

EUROPA PRESS 07/07/2011 08:02

Agentes de la Policía Nacional han detenido a 15 personas por importar y distribuir relojes falsos de prestigiosas marcas. Los relojes partían desde Marruecos y eran introducidos semanalmente en España mediante autobuses de pasajeros con destino Francia.

Según a informado el Ministerio del Interior, eran los propios conductores de los autobuses quienes camuflaban la mercancía ilícita entre los equipajes de los pasajeros y la entregaban en paradas en estaciones de servicio. El último escalón lo formaban los vendedores directos, quienes vendían las piezas -principalmente a través de Internet, por entre 120 y 160 euros. Sólo uno de estos vendedores ingresó más de 130.000 euros en un año. Han sido incautadas 2.486 copias.

Las investigaciones han concluido con la detención de 15 personas en Madrid capital (10) y en las localidades de Valdemoro (1) y San Sebastián de los Reyes (4); el registro de cinco domicilios y de una caja bancaria de seguridad y la incautación de un total de 2.486 relojes falsos y cerca de 39.685 euros

La Brigada de Investigación Tecnológica comenzó la investigación en 2009 por la venta de relojes falsos a través de un portal de Internet. Los agentes constataron que tras la página web se hallaba un grupo de personas perfectamente estructurado para importar y distribuir falsificaciones de relojes de prestigiosas marcas, productos que tienen un tamaño reducido y proporcionan un amplio margen de beneficios frente a otras imitaciones.

La pirámide de la organización comenzaba con la coordinación de las importaciones en el punto de origen (Marruecos). Desde allí y unas horas antes de que los autobuses llegaran a Madrid, una persona contactaba con los distribuidores a escala nacional para conocer los puntos de entrega. Los conductores se entregaban de entregar los relojes en las áreas de servicio, las cuales se iban variando por cuestiones de seguridad.

Varias personas ejercían como distribuidores a escala nacional, escalón intermedio encargado de establecer las condiciones de las entregas. Los pedidos eran recibidos de forma semanal y prácticamente el mismo día de recepción, el domingo.

La mercancía ya estaba comprometida con los vendedores de un escalón inferior en otras provincias, a quienes eran enviados por mensajería, previo pago por giros inmediatos de Correos. Los vendedores "al por menor" conformaban el último escalón. Los relojes eran finalmente ofertados para su venta en persona o bien a través de Internet, donde era expuesta una amplia gama. El precio oscilaba entre 120 y 160 euros por pieza. Uno de estos vendedores finales (con varias propiedades y vehículos de gama alta) obtuvo de esta manera más de 130.000 euros en un año.