Paola Tirados, Cristina Violán, Laura López, Ana Violán, Eva Zhdanova, Neus Seguí, Laia, Jordina Pallarols, Julia Casals, Itziar Aspe, Lara Oyonarte, Itahisa Robaina y Carla Violá, junto a otras dos nadadoras que han decidido no dar su nombre, firman un comunicado con el que pretenden “denunciar lo que hemos vivido para que la sociedad sepa el precio que se ha tenido que pagar hasta ahora, para subir a un podio de la mano de Anna Tarrés”.
"Quítate esta medalla, no te la mereces"
Paola Tirados, nadadora de la Selección Nacional hasta el año 2009 cuenta como Anna Tarrés le dijo “quítate esta medalla, no te la mereces, no has hecho nada para conseguirla… Es para mi hija que le hace más ilusión”, mientras le arrebataba la medalla al bajar del pódium del preolímpico de Pekín 2008.
De la misma manera, Cristina Violán, en la selección hasta el año 2009, explica que “tras recoger la medalla en el mundial de Montral 2005 iba a enseñarla emocionada a mi familia y me dijo ‘no estés tan contenta que los méritos no son tuyos, solo has tenido suerte de llegar en este momento”.
Las declaraciones más impactantes provienen de las dos nadadoras que han preferido permanecer en el anonimato. Una de ellas asegura que con solo 14 años Anna le gritó “no vengas a hacerte la estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve”, para corregirle un ejercicio técnico en el que no lograba poner el cuerpo en la posición correcta.
Ana Violán explica que en un entrenamiento pidió a Anna Tarrés salir del agua para vomitar porque sentía nauseas, después de cinco horas en la piscina, y la respuesta de la entrenadora fue “¡No! ¡Trágatelo que aún te queda una hora y media para terminar! Si no, fuera, te vas a tu casa y no vuelvas”.
"Caí en la bulimia"
Otra de las chicas que han decidido permanecer en el anonimato asegura que cayó en una bulimia después de que con 1’75 de altura y 57 kilos de peso Anna le abroncara diciéndole “habrás quedado bien en figuras, pero con lo gorda que estás no puedo desfigurar al equipo”. Otras de las nadadoras cuenta que Tarrés le gritó “fuera del agua gorda, vete al psicólogo”, por no entender el catalán y pedir que le hablaran en castellano.
Estas quince nadadoras aseguran que “no estamos aprovechando el momento, nosotras ya no volveremos a nadar ni tenemos ningún deseo de repercusión mediática, simplemente queremos denunciar lo que hemos vivido para que la sociedad sepa el precio que se ha tenido que pagar hasta ahora, para subir a un podio de la mano de Anna Tarrés”. Consideran que ha llegado el momento de explicarle los motivos de su destitución y de celebrar “una decisión arriesgada pero totalmente justa”. “El deporte español no debe admitir, ni sentir orgullo de medallas conseguidas a cualquier precio”, sentencia el comunicado.