"No alcanzo a comprender una cifra como 230.000 o 240.000 muertes. Cuando las noticias hablan de que hemos alcanzado una nueva cifra de fallecidos, no soy capaz de entenderlo. Pero como sanitaria en primera línea, sí que entiendo y soy capaz de describir es el sonido que hace la cremallera de una bolsa de cadáveres." Esto es sólo una parte de la desesperada llamada de atención, que Brandie Kopsas-Kingsley, una enfermera de Indiana, colgaba en sus redes sociales.
No sabe qué hacer, cómo concienciar a sus compatriotas de la gravedad de una pandemia que en Estados Unidos se ha convertido casi más en un asunto político más que científico. No sabe ya qué hacer, y por eso envía ese duro mensaje a las redes en un intento de abrirle los ojos al que se empeña en mantenerlos cerrados con todas sus fuerzas.
"Puedo describir con detalle el color extraño y tan feo, un morado grisáceo que adoptas cuando tu cuerpo se está asfixiando. Y aunque yo no entiendo de números, sí entiendo de los humanos tras esos números.", continúa la enfermera.
Kospas-Kingsley no es la única que ha recurrido a mensajes de alarma en redes sociales para intentar llegar a la población. "Esto es lo que verás al final de tu vida (la luz de de su laringoscopio para ser intubado) si no empezamos a llevar máscaras". Esta vez el testimonio y el vídeo son obra del Dr. Keneeth Remy, que trabaja en un hospital de Misuri.
Tras un día demasiado largo, minutos después de haberle comunicado a una esposa que su marido había muerto de Covid-19 e instantes antes de tener que intubar a otro paciente, el Dr. Remy sintió la necesidad de difundir su mensaje a los cuatro vientos. Su hospital está al borde de su capacidad. Ahora mismo tratan a 400 enfermos de Covid-19 y están muy cerca de no poder admitir a nuevos pacientes.
Los sanitarios están agotados, los hospitales están al borde del colapso en muchos estados y las campañas de concienciación no parecen funcionar. Lo último que les queda es que sus menajes se viralicen y lleguen a muchas de esas personas que en los últimos años se han alejado de la prensa tradicional por motivos ideológicos.